¿Quién en la ciudad no ha dicho: «si yo fuera alcalde, haría tal o cual cosa»? Bueno, pues las candidaturas ciudadanas podrían ser una opción para llegar a ser diputado en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Jefe Delegacional o hasta ser el próximo Jefe de Gobierno….pero ¿qué podríamos necesitar para poder postularnos?
Ser candidato ciudadano sin vínculos a un partido podría sonar, de por sí, como una labor titánica, pero no se preocupen, la cosas siempre podrían ser peores, por ejemplo, podrían pedirnos que contemos con la firma del 5 % de los ciudadanos registrados en la lista nominal de nuestro distrito o delegación… ¡Ah! un momento, ésta es una de las condiciones que el PRI pide que se establezcan como parte de la reforma para regular las candidaturas independientes en la ciudad (¡Upsi!).
Al principio, no suena como una locura «Tener por lo menos el 5% de apoyo para ser candidato, suena lógico, ¿no?, así se nos podría considerar como verdaderos representantes de un sector de la población». Pero luego nos pusimos a pensar ¿cómo conseguir esas miles de firmas? (así es sopicuates, estamos pensando muy seriamente en postular al güey del Ternuringa). La cosa es que no son dos mil o tres mil firmitas las que tendremos que conseguir… son bastantes más, por ejemplo, el en 2012 en el DF había poco más de 7 millones de personas registradas en el padrón electoral, el 5 % serían 350 mil firmas, pero para ser delegado de la Benito Juárez necesitaríamos poco más de 17 mil. Al final del día ¿no tendría que hacer una campaña solo para postularme como alguien que quiere postularse oficialmente como candidato? Claro que hay gente que podría juntar esas firmas sin ningún problema, como los famosos, aunque hay que admitir que esto restringiría un poco la posibilidad de participación.
Por otro lado también piden que se presente un plan de gobierno de por lo menos 50 páginas (suena razonable).
Algunas de las limitantes que nos parecieron más pertinentes son las de descartar la candidatura para cualquiera que haya estado como representante popular o haya sido militante de un partido en un periodo de 5 años de anterioridad a la petición de candidatura, por si algún partido quisiera postular a algún candidato marioneta, por ejemplo, uno que provenga de sus filas y al que puedan modificar su plataforma política.
Pero no se preocupen, vale la pena esforzarse en ser popular y conseguir las firmas, pues si logran superar todo esto, al final, podrán contar con financiamiento público (el cual será determinado por la autoridad electoral), así como con los mecanismos de fiscalización adecuados (¡Yeeeeiii!), claro, además de que podrían ayudar a dirigir esta ciudad para llevarnos a una situación mejor (o peor).
Claro que se les exigirá un informe de gastos, pero vale la pena, ya que (esperamos) los candidatos ciudadanos no tendrán las mismas reprobables prácticas de la «clase política» y no harán actos corruptos con los recursos que les den.
Recordemos que las candidaturas ciudadanas son resultado de la reforma político-electoral y que cada entidad deberá legislar cómo se reglamentarán este tipo de postulaciones en su demarcación.
Las candidaturas ciudadanas parecen algo lejano y difícil, por eso hay que buscar la manera de tener acceso a ellas, pues la política en nuestro país está monopolizada por un pequeño círculo, que no nos prohíbe meternos en el juego, pero que, en la práctica, es algo casi imposible.
***Vía Reforma