“Ser joven se trata de experimentar en el amor, en el sexo, en las drogas, en el arte, en la formación de otros seres humanos, en la música, en los libros… eso es lo que debe construir un país, ¿no?, y nuestro país no nos lo permite“
jack boner and the rebelión de José Eugenio Sánchez.
Un libro homenaje a la juventud.
Este que ven, no es el libro típico de poemas. Pueden ser varias cosas las que me hagan decir eso: la mezcla de géneros, la naturaleza narrativa o la forma de poetizar, pero aseguro que jack boner and the rebellion les va a gustar. Afortunadamente pude conversar con el autor para conocer un poco más de la gestación de este libro, pero también para hablar de su producción y de temas que para algunos no tienen que ver con la literatura, pero que en realidad siempre han estado fuertemente ligados.
Lo primero que quise saber fue cómo surgió la idea de hacer un libro en que se documenta la vida de unos personajes que tienen nombres de escritores de la Generación Beat. Al parecer, todo empezó porque su traductora al inglés, Anna Guercio, hizo una tesis sobre él en la que se conjugaban biografía y obra del autor. En ese momento, José Eugenio Sánchez estaba viviendo en Iowa City mientras leía Big Sur y se percató de que estaba en un lugar donde ocurre parte de la trama de On the Road. Menciona que en Big Sur hay dos datos que están relacionados con el poemario: el primero es una mención a una carta que escribe la madre de Kerouac en la que dice que su gato Tyke ha muerto, el segundo es que el mismo Kerouac les cuenta a sus amigos que perdió un libro que escribió, por lo que éstos le hacen burla diciendo que la humanidad se ha perdido de un gran patrimonio. Entonces todo cuadró: por qué no “escribir una falsa biografía de un posible Jack Kerouac que escribe ese libro apócrifo que pierde”, comentó el autor.
Al final del libro encontramos los haikús que conforman el cuaderno inservible (el supuesto libro de Kerouac). Escribir como lo hubiera hecho uno de las figuras más representativas de los beats, implica un riesgo muy grande y a eso responden al menos dos características de jack boner and the rebellion: la primera es el conflicto que el mismo Kerouac tuvo con respecto a la traducción del haikú, en la que se intenta dar una aproximación al concepto del haikú, más que aproximarse al texto. Por otro lado, también hay una teoría inversa de la novela de Kerouac, porque la idea del escritor beat es usar “nombres falsos para contar cosas que supuestamente sucedieron y mi idea es utilizar nombres reales con cosas que nunca sucedieron”, nos dijo el entrevistado. Podemos observar también que el libro hibrida géneros: tenemos una biografía ficcional escrita en verso y también tenemos un libro dentro del libro. Se hace patente la opinión del autor, “la poesía como es síntesis, abarca todos los géneros literarios” y por eso es posible que ofrezca tantas posibilidades.
A pesar de que el estilo del autor es identificable, jack boner and the rebellion se distingue de la producción anterior ya que “es un solo concepto en el libro, aunque se traten muchos temas, pero no es el libro de poemas sueltos o de unidades diversas, sino que es un juego que produce una unidad narrativa que ronda en torno a la inutilidad de escribir”, nos dijo el poeta. El recurrente tema del escritor frente la página en blanco, en opinión de José Eugenio Sánchez es “uno de los cuestionamientos que se hace la poesía más aburrida”. En este libro se intenta hacer caso de las circunstancias que acompañan al acto de escritura (la temporalidad, imaginería, los personajes, los diálogos…), no para dar una explicación absoluta, sino para hacer un poema diferente.
Una pregunta previsible que tuve que hacerle a José Eugenio Sánchez fue, cómo presentar poemas como los suyos ante un lector conservador e ingenuo que se escandaliza cuando lee la palabra “verga”, o cuando éste trata de una escena de sexo que involucra a una señora mayor de sesenta años que disfruta que le peguen con un bastón. Todos aquéllos que disfruten de la producción anterior de este poeta pueden suponer la respuesta: “me preocupa que mi lector, sea sexy, caliente, inteligente, loco; que sea capaz de amar, compartir, convivir, ¿no? Y quiero que toda esa gente square, cuadrada, ñoña y pendeja se aleje de mi vida y mis poemas lo quitan de ahí. En estos tiempos hay apertura porque el lector es inteligente, es sexy, el lector no quiere estar leyendo pendejadas o mamadas grandilocuentes que se creen ininteligibles”. Esta postura lo aleja totalmente de una poética pretenciosa cuyo error es no tener como fin al lector, y en cambio persigue la posibilidad de vanagloriarse haciendo presunción de que su poesía es para los pocos entendidos. Al respecto dice nuestro entrevistado “por eso hay un montón de poetas que nadie lee y que nadie publica, y que nunca van a participar en la vida activa de ningún mexicano más que en las mafias literarias”. Creo que no hay nada de qué preocuparse, a fin de cuentas siempre los textos eligen a sus lectores: jack boner and the rebellion es un libro que trata de personas normales, de situaciones que nos atañen a todos, y que es atravesado por el sentido del humor, que por un lado hace agradable la lectura, pero por otro también apela a la inteligencia, como aseguraba Bergson.
Un tema obligado a la hora de hablar de la poesía de José Eugenio Sánchez es el de la sexualidad. En este libro podemos encontrar referencias a las prácticas sin tabús que pretendían tener los beats. “Lo que yo hago, es esa parte que le falta a la poesía mexicana de asumir las posturas sexuales sin asumirlas” dado que el autor opina que, por ejemplo, a la poesía gay le importa mucho ser gay como si eso fuera un valor estético, pero suele olvidarse de los temas que en todo caso deberían importar más y que aun así están presentes, a su juicio: el amor y las personas, pero sin etiquetas. Pareciera que los beats estaban confundidos con eso, ya que por su juventud e ingenuidad, se involucraron en la homosexualidad pero la trataron como un medio, ya que el fin último era siempre la escritura. Encontraron una justificación: “yo voy por la experiencia, porque requiero escribirla”, resume el poeta. Pero eso sí, todos tuvieron sexo con todos: mujeres con hombres, con mujeres, y hombres con hombres (léanse el poema “la verga de neal siempre había puesto de buenas a carolyn hasta que la vio en la boca de allen”). Se trata de decir que no hay exclusividad; dice el autor que estaban inmersos en la frase de Leonardo da Vinci “todos comimos de la misma mesa”. Y añade “Al final para enamorarse, todo se trata de conocer a alguien y a partir de eso puede ocurrir lo que las voluntades de ambos quieran”, y esa última parte, la de las voluntades libres, es la que se refleja en las páginas de jack boner and the rebellion.
Otro tema que ha interesado a José Eugenio Sánchez es el de la muerte de Joan Vollmer, esposa de William Burroughs. Desde poemas anteriores como “la felicidad es una pistola caliente” notamos una preocupación por este tema y este libro se prestaba para retomarlo varias veces. Dice el poeta que “Vollmer es un personaje que no está ni rescatado por Burroughs, ni rescatado por García Ponce, ni rescatado por nadie”. Para los que no sepan cómo murió Vollmer, nos explica el entrevistado que “Burroughs tenía un amigo/novio: él vive en la calle de Orizaba y el novio en Monterrey, pero ambos tienen esposas. Se juntan en una cena de parejas que termina en una masacre”. La anécdota cuenta que Burroughs trató de recrear un acto a la Guillermo Tell, pero erró el disparo y mató a su propia esposa. El poeta aprovechó que Ginsberg también estuvo involucrado con una Joan (que no es la misma, pero en jack boner and the rebellion el autor las funde) para “reivindicar el pasaje de la mujer en la onda de los beats”. Kerouac está rodeado de mujeres: sus varias esposas y su madre; Neal se casó tres veces; Allen fue amigo de todas ellas y “todas esas mujeres que nunca aparecen en la literatura porque es misógina”. En ese sentido podemos leer el poema que trata de la madre de jack, el testimonio de lu anne (esposa de neal) y las constantes apariciones de Vollmer. Un hecho concreto sirvió para un propósito mayor que no debe ser pasado por alto.
Una de las cosas que más llaman la atención es la relación que tienen tanto los beats como el mismo autor con la música. A la hora de preguntarle por la presencia de este elemento en su nuevo libro, José Eugenio Sánchez me dijo que quizá se había equivocado en poner “los nombres esos” a los personajes, porque lo que realmente le interesa no es hacer un homenaje a los beats, al haikú, o a la escritura, sino “a la juventud que ha intentado que su entorno sea distinto”; se trata más de una actitud en la que la mancuerna juventud-música siempre ha destacado. En ese sentido los beats son ícono de esa unidad mayor que es la juventud rebelde: “los tipos están súper molestos porque tienen que realizar un servicio militar obligatorio, el cuál desencadena bombas atómicas, genera opresión, explotación y dominio sobre otras naciones; cosas ante las que cualquier ser humano sensible se opone”. Recordemos que no estamos hablando de cualquier país, sino del más rico de todos, “a ellos les toca no odiar ese país, sino amarlo y odiar a sus gobiernos y a sus instituciones”, y en ello radica una diferenciación que no es poca cosa. Por eso Ginsberg puede decir “que Columbia University es una gran institución educativa, que ahí se juntan las mentes más brillantes de su generación, pero el gobierno que sustenta ese país es una mierda: son dos cosas diferentes”.
Lo anterior nos dio oportunidad de hablar del poder de manera más general. La manera de ser y de hacer literatura de los beats es parte de una convulsión social: podemos ver una juventud que “se desenfrena en el rock, en el baile y en la literatura; no sólo están en contra de su gobierno sino que también están diciendo: no todo es Hemingway, no todo es Faulkner o Emily Dickinson” así que también le pegan a esa alta esfera de la cultura que tiende a institucionalizarse. En su caso personal, el autor dice de su relación con la música que su “alma matter es el rock & roll; yo no voy a ninguna universidad a aprender Letras, son Bob Dylan, Jim Morrison, Lou Reed los que me aproximan a la poesía, son ellos lo que me dicen qué es la sociedad, qué somos los jóvenes. Hay que quitar la moral: todos consumimos drogas, todos estamos sujetos bajo el mismo sistema político, tenemos encima la burocracia, Hacienda, impuestos y no nos podemos hacer güeyes; esa es la parte en la que el rock & roll me sustenta”.
A diferencia de muchas expresiones de la poesía que tienen ideas delgadas, “el rock & roll tiene muy claro que hay que cantarle al amor, a tu chica, que le mientes la madre a la policía, que estás en contra del gobierno, que buscas un entorno alegre” y eso es algo que a la literatura le hace falta, en cambio han acompañado a la música y a la juventud todo el tiempo, “el rock es un vehículo de empatía que nos permite comunicar cosas importantes”. A propósito de la juventud en México, nos comentó el poeta: “me preocupa mucho que la juventud realmente se la pase bien. Dudo que en este país la juventud se la pase bien padre porque estamos súper mal, estamos agobiados por una mafia, estamos oprimidos por una violencia que ninguno de nosotros sabe cómo remediar, y eso es porque nunca nos han dejado ser jóvenes. Ser joven se trata de experimentar en el amor, en el sexo, en las drogas, en el arte, en la formación de otros seres humanos, en la música, en los libros… eso es lo que debe construir un país, ¿no?, y nuestro país no nos lo permite”. En un país donde hay problemas de educación, en el que nuestros departamentos de justicia liberan a nuestros capos y en el que se glorifica y estiliza la pobreza para no hacer caso de ella, no se puede exigir una literatura realmente fuerte. Eso sí, José Eugenio Sánchez no tira todo toda creación artística actual a la basura, pero señala que aquello que vale la pena, en su gran mayoría, es el fruto de esfuerzos personales, casi nunca institucionales. Logramos regresar a nuestra idea del principio: así se relacionan música y un grupo reducido pero congruente de artistas que echan mano de lo que tienen a su alcance para hablar de las cosas importantes: las relaciones humanas, la injusticia y el deseo de un lugar más agradable para vivir.
En la parte final de la entrevista, y aprovechando que José Eugenio Sánchez ha sido tutor de generaciones recientes del FONCA y participó recientemente en la organización del festival “Poesía en voz alta”, le pregunté a qué poetas jóvenes valía la pena seguirles la pista. La lista no fue corta: “Rodrigo Flores Sánchez, Diana Garza Islas, Mariana Coppel, Alejandro Arreola, Eduardo de Gortari, Daniel Bencomo, Alejandro Albarrán, Sergio Ernesto Ríos, Yaxkin Melchy” y aunque esos fueron los que vinieron más rápidamente a su memoria, comentó que estaba seguro de excluir a muchos otros que también merecían ser mencionados. Explicó: “son muy jóvenes, no sabemos qué van a hacer” pero los argumentos que los reúnen en esta lista son sólidos y tienen que ver con el tema de esta entrevista: “cuando fui tutor del FONCA, uno de mis argumentos para elegir a los becarios era: este autor está bien loco, yo creo que el gobierno debe apostar por pagarle su carrera, porque ya basta de que el gobierno esté manteniendo a puros lamegüebos”. Añadió “todos estas mentes no están comprometidas con una oficina, son chavos normales por los que debe apostar el gobierno… y vuelvo a lo mismo, vivimos en una situación horrible que dejamos crecer porque tenemos tanto compromiso con la mafia… hemos dejado de hacer lo que tenemos que hacer, por complacer al superior”. El valor que rescata nuestro entrevistado de estos poetas jóvenes es que, con el trabajo que han hecho, demuestran que son congruentes consigo mismos, con sus posturas literarias y con sus enemistades y sus pasiones; una vez más se trata de una actitud ante la realidad que nos rodea.
No me queda más que recomendar la lectura de jack boner and the rebellion. Si quieren saber más del libro antes de aventurarse a comprarlo, los invitamos a que nos acompañen hoy en la Pulquería Insurgentes a las 10:00 pm. Habrá un concierto de poesía y rock con el autor y a final, un mezcal de cortesía. También pueden descargar el ISSU que les ponemos aquí al final, o bien disfruten uno de mis favoritos para que se den cuenta del estilo del autor.
Mis renteras
Aunque las tres son señoritas
la más joven tiene 62
no me pidieron referencias:
una dijo que me parecía
a cristo
espero no llegue el día
en que me pidan les arregle la puerta
el matamoscas la regadera
ya me imagino yo con una estilson entrando al baño
siendo testigo de una penosa tragedia:
una mujer con piel de trapo
y el cabello enjabonado diciendo:
vente chiquito
o si le tienes miedo al agua vamos a la alcoba
nada más pásame el bastón
sirve que me pegas con él