Fue una semana como esta, pero de 1990, cuando una banda de Boston lanzó su tercer álbum de estudio, Bossanova. Ya en ese entonces, los Pixies eran una sensación de culto, adorados por la crítica, despreciados por los medios, e ignorados por las masas. Los Pixies eran de esas bandas “alternativas” -más queridas en Europa que en su país de origen- que sentaron las bases para que más tarde grupos como Alice in Chains, Pearl Jam, y Soundgarden, encontraran el gusto del llamado mainstream. Kurt Cobain alguna vez dijo que Nirvana solo era un intento de fusilarse la fórmula de los Pixies, aquella que marcaba la pauta loud quiet loud. Pero la preferencia del mundo por los Pixies realmente no se dio sino hasta a finales de los 90, cuando blogs y medios electrónicos rescataron la discografía y su música fue recomendada de boca a boca… o de chatroom a chatroom.

El problema es que los Pixies ya no existían en aquellos años. La banda se separó tras la gira de su último álbum, Trompe Le Monde, en 1993 y cada uno de sus integrantes tomó su propio camino. Afortunadamente, cuando la banda anunció su regreso a los escenarios once años después, Black Francis y compañía se toparon con una base de fans mucho más grande (¡y joven!) de lo que esperaban. Era gente que apenas los había descubierto gracias a la influencia que habían tenido sobre todo una generación de artistas, y la reputación que se había levantado gracias al alcance ilimitado y sin censura del internet. La gira de reunión de 2004 fue una de las más exitosas del nuevo siglo, y los Pixies por fin asumieron su lugar como uno de los pilares más importantes del rock alternativo.

Cada uno de los discos de los Pixies tiene sus encantos particulares, pero todos son perfectos a su manera: Come on Pilgrim (EP), Surfer Rosa, Doolittle, Bossanova, y Trompe Le Monde. Desde 1987 a 1991, les tomó menos de cinco años para que los Pixies sacudieran a la industria como un torbellino de furia creativa indomable. Con motivo de su vigésimo quinto aniversario, en este espacio nos vamos a enfocar en una de sus joyas, Bossanova, un disco que contiene referencias familiares al mundo de los Pixies, como el desierto, la Biblia, y vida extraterreste, pero con un toque más melódico y demente. Ni más ni menos que Joey Santiago le echó la mano a Sopitas.com y se tomó unos minutos para contestar algunas preguntas via telefónica.

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“Aprecio mucho el que [Bossanova] haya formado parte del vocabulario de la gente, que siga siendo tan relevante, y nos sentimos bien por todo el esfuerzo y el trabajo duro que nos tomó, fue algo que valió la pena,” dijo el guitarrista principal del grupo. “Esa fue nuestra meta, hacer un disco que pasara la prueba del tiempo, lo que hoy se considera como ‘clásico’ por algunas personas. Aun tiene relevancia, eso es lo que importa, que siga teniendo un sonido relevante.”

En nuestra entrevista, Joey Santiago cita como sus grandes influencias a leyendas como Billy Gibbons, Jimi Hendrix, Angus Young, Tony Iommi, Neil Young, e incluso a Gordon Lightfoot, a quien admira por esa musicalidad tranquila que le otorgaba a sus composiciones de soft rock. La musicalidad, por supuesto, es uno de los rasgos característicos de Bossanova, algo que distinguía a los Pixies de tu típica banda de hardcore o de noise. Pero según nos cuenta Santiago, esa cualidad tan “Pixiesca” no ocurría por arte de magia. Los músicos más bien tuvieron que laborar bastante para alcanzar la meta que menciona: un álbum que no fuera atribuido a su época. Así que le preguntamos cuáles fueron los temas más difíciles de componer:

“Déjame revisar mi iTunes,” dice con una risa. “Dios. Todas fueron difíciles. Bueno, recuerdo que tuve dificultades con el solo de ‘Blown Away’ cuando la estábamos ensayando en Berlín. ¡Y ‘Dig For Fire’! Esa sí que fue dura. Un timing complicado en el comienzo y… más bien tienes que ponerte listo con esa en particular. Y el final de ‘All Over the World’, los acordes al final de ‘All Over the World’ fueron un acertijo complicado para mi.” Al ser una de las canciones favoritas de éste redactor, le pedí que elaborará un poco más sobre “Dig for Fire”:

Sabes, con esa melodía [en el intro de “Dig For Fire”] fue la primera y única vez que algo me viene así de repente a la mente. No fue porque me estaba bañando, simplemente empecé a tararear don-don-dododon mientras me estaba despertando, porque tenía este sonido como de un amanecer. Entonces tomé la guitarra y no lo podía creer cuando mis dedos empezaron a tocar la melodía–¡Ya sabía en ese momento que era para “Dig for Fire”, para la introducción. Me gustó ese momento, tener esa música en la cabeza, y fue una contribución bastante decente, de hecho, porque a veces solo se me ocurren ideas malas.

pixies

Bossanova fue el primer bebé de Black Francis, ya que para ese entonces, Kim Deal estaba poniendo las primeras piezas de lo que más tarde serían The Breeders. Las canciones fueron escritas en su totalidad por el vocalista, a excepción de un tema, “Cecilia Ann”, un cover de los Surftones. A diferencia de los primeros discos, la banda se mudó a Los Angeles junto con el productor Gil Norton para grabar Bossanova. Sin mucho tiempo para ensayar y trabajando contra-reloj (se dice que Black Francis escribía las letras en servilletas cinco minutos antes de grabar las pistas vocales), eso fue suficiente para que le dieran al mundo uno de los primeros clásicos de la nueva década.

25 años después, los Pixies regresan a la Ciudad de México como headliners del Corona Capital. Fue hace cinco años, de hecho, cuando encabezaron el primero de estos festivales en el Autódromo Hermanos Rodríguez, y en esta ocasión se presentan bajo unas condiciones distintas. Un nuevo disco (Indie Cindy) y una nueva bajista (Paz Lenchantin) son las diferencias más evidentes con respecto a estos nuevos Pixies, pero he ahí la insistencia de la banda de seguir adelante, sin aferrarse tanto a los triunfos del pasado. Joey Santiago nos asegura que la banda ya está trabajando en su próximo álbum, e incluso nos promete otro disco más después de ese.

Pase lo que pase y venga lo que venga, ya nadie le puede quitar su sello a los Pixies como uno de los grandes del siglo XX.

T: @ShyTurista

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