Le duró poco el gusto a Stephen Curry. James Harden se acaba de convertir en el jugador mejor pagado de toda la historia en la NBA.

Los Houston Rockets y Harden negociaron rápidamente un contrato que lo convertiría en multimillonario. El barbudo firmó por cuatro años y 228 millones de dólares. Esto son 27 millones más y un año menos de lo que le dieron los Golden State Warriors a Steph.

Así, Harden queda vinculado con la franquicia texana hasta la temporada 2022-23. Y claro, seguirá buscando un anillo de campeonato.

La extensión comenzará en la campaña 2019-20. Su salario ese año será de 37.8 millones de dólares. De ahí, los siguientes años serían de 40.8, 43.8 y 46.8 millones.

James fue un firme candidato a ser el mejor jugador de la liga. Llevó a los Rockets a los playoffs, pero cayeron ante los San Antonio Spurs. En la temporada regular promedió números espectaculares: 29.1 puntos, 8.1 rebotes y 11.2 asistencias. Casi un triple-doble (como Russell Westbrook) por partido.

El entrenador Mike D’Antoni lo convirtió en un generador de juego. En un base más que un escolta y descubrieron que era uno de los mejores en la NBA. Ahora, con Chris Paul a su lado para defender (porque él no lo hace) buscarán quitarle el trono a los Warriors.

Además de todo, Houston está buscando con fuerza hacerse del alero, Carmelo Anthony. Mientras, Harden ya se llenó la cartera de billetes verdes…

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