Lo que necesitas saber:

Senna no solo fue un fenómeno en la pista, también se convirtió en un símbolo de esperanza para su país.

El 1 de mayo de 1994 es una fecha que sigue doliendo. Ese día, Ayrton Senna, uno de los mejores pilotos que ha visto la historia de la Fórmula 1, perdió la vida tras un accidente en la curva Tamburello del circuito de Imola, en el Gran Premio de San Marino. Ayrton iba a 218 kilómetros por hora cuando su auto se descontroló. Una pieza de la suspensión atravesó su casco y, aunque fue trasladado al hospital, poco después se confirmó su muerte. Tenía apenas 34 años.

El funeral de Senna fue un evento masivo que paralizó Brasil. Miles de personas salieron a las calles de São Paulo para rendir homenaje a su ídolo. La F1 y el mundo entero quedaron consternados ante la pérdida de un verdadero campeón.

Personalidades del automovilismo, como Emerson Fittipaldi, Alain Prost, Sir Jackie Stewart, Johnny Herbert, Derek Warwick, Damon Hill y Gerhard Berger, estuvieron presentes en la ceremonia y cargaron el ataúd del piloto hacia su tumba en el cementerio de Morumbí, en un gesto de respeto hacia uno de los más grandes de la historia.

Ayrton Senna, momentos previos al inicio del Gran Premio de San Marino en 1994
Ayrton Senna, momentos previos al inicio del Gran Premio de San Marino en 1994. Foto: Getty Images

El funeral de Ayrton

Este funeral, que incluyó salvas de cañón y una formación aérea, se convirtió en un evento inolvidable, donde más de un millón de personas rindieron su último adiós a Senna, quien había sido no solo un campeón de Fórmula 1, sino un verdadero símbolo nacional.

Pensar en eso inevitablemente me lleva a lo que decía Martin Heidegger: que la muerte no es un accidente, sino algo que nos acompaña toda la vida, aunque no lo queramos ver. Y que precisamente porque sabemos que algún día vamos a morir, cada cosa que hacemos cobra un sentido más profundo. Ayrton Senna vivía como si entendiera eso mejor que nadie: cada carrera, cada adelantamiento, cada victoria, eran parte de su forma de estar verdaderamente vivo.

Funeral del triple campeón mundial de Fórmula 1 Senna en el cementerio de Morumbi
Funeral del triple campeón mundial de Fórmula 1 Senna en el cementerio de Morumbi. Foto: Getty Images.

Senna no solo fue un fenómeno en la pista, también se convirtió en un símbolo de esperanza para su país. A finales de los 80 y principios de los 90, la Fórmula 1 era un deporte mucho más peligroso de lo que es hoy. Los coches eran increíblemente rápidos, pero también inestables. No había tantas medidas de seguridad, y cada carrera podía ser la última. En ese contexto, Ayrton Senna apareció como un talento distinto a todos: capaz de llevar el auto al límite bajo la lluvia, de dominar las clasificaciones con una vuelta perfecta y de hacer cosas que parecían imposibles.

Durante sus 10 años como piloto de F1, Senna consiguió 65 poles, 161 largadas, más de 600 puntos, 80 podios y 41 victorias. Ganó tres campeonatos mundiales en 1988, 1990 y 1991, según los datos oficiales de la Fórmula 1. Más allá de las cifras, su legado está en el recuerdo de esos días en los que el mundo entero contenía la respiración solo para verlo correr.

El funeral de Ayrton Senna fue un evento masivo que paralizó Brasil
El funeral de Ayrton Senna fue un evento masivo que paralizó Brasil. Foto: Getty Images

El día que Senna ganó en México

Uno de esos momentos especiales fue cuando ganó el Gran Premio de México en 1989. En el Autódromo Hermanos Rodríguez, Senna mostró toda su maestría para imponerse en una carrera que exigía concentración absoluta. Ese triunfo no solo lo acercó a su primer título mundial con McLaren-Honda, también consolidó su lugar como uno de los grandes ídolos de la afición mexicana.

Hoy, más de treinta años después, pilotos como Lewis Hamilton —siete veces campeón del mundo— siguen mencionándolo como su mayor inspiración. Hamilton ha dicho en varias entrevistas que creció admirando a Senna, que su forma de conducir y su actitud dentro y fuera de las pistas fueron modelos que trató de seguir. La influencia de Senna sigue viva, tanto en quienes lo vieron correr como en quienes apenas descubren su historia.

Ayrton Senna en el GP de México de 1989
Ayrton Senna en el GP de México de 1989 / Cortesía GP de México

Senna: el legado que nació del dolor

Cidade de Deus, la película que retrata la vida en las favelas brasileñas, nos recuerda que no todos los sueños sobreviven en un lugar tan duro. Ayrton Senna fue uno de esos pocos que sí lograron salir, que mostraron que había algo más allá de la violencia y la pobreza. Su muerte, tan temprana, fue también una brutal confirmación de lo frágil que es todo.

Senna no solo fue un fenómeno en la pista, también se convirtió en un símbolo de esperanza para su país.
Senna no solo fue un fenómeno en la pista, también se convirtió en un símbolo de esperanza para su país. Foto: Getty Images.

Después de su partida, la Fórmula 1 no volvió a ser la misma. El accidente de Senna obligó a cambiar muchas cosas: los autos se volvieron más seguros, las pistas se rediseñaron, las reglas se endurecieron. Muchas vidas se salvaron gracias a esas decisiones. Y aunque la tragedia fue enorme, su legado ayudó a construir un automovilismo más humano.

Como decía Heidegger, la muerte no es solo un final: es también una forma de recordarnos que estuvimos aquí, que amamos, que luchamos y que dejamos una huella. Ayrton Senna lo hizo. Y cada vez que vemos a un piloto enfrentarse a la pista con el corazón en la mano, en el fondo, seguimos viendo algo de él.



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Comunicólogo e Historiador egresado de la UNAM y la UI (sí, estudié dos carreras porque soy especialista en tomar malas decisiones). Desde 2014, me dedico a escribir para medios digitales y tradicionales,...

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