El Día del Padre a veces pasa de puntitas. Un desayuno improvisado, una corbata más para la colección, una llamada entre horarios apretados. Nada de eso está mal, pero tampoco alcanza a reflejar todo lo que representa ser papá. Porque ser papá es, muchas veces, estar sin hacer ruido. Sostener sin pedir aplausos. Estar presente incluso cuando nadie lo nota.
Y quizá por eso mismo, muchos padres no siempre se dan el crédito. Se cuestionan si están haciendo las cosas bien, si dieron suficiente tiempo, si pudieron haber hecho más. Se enfocan en lo que faltó, en lo que no salió perfecto. Ven el vaso medio vacío.

El vaso estaba más lleno de lo que pensaban: LALA® lo demostró
Pero si les preguntáramos a sus hijos… la historia sería otra. Eso fue justo lo que hizo LALA® en su nuevo experimento social. Reunieron a varios papás de distintas edades y les pidieron que describieran cómo creen que los ven sus hijos o cómo ven su relación con ellos. La mayoría dudó. Muchos dijeron que no eran lo suficientemente buenos, que a veces no estaban presentes, que tenían mucho por mejorar. Fue honesto. Y fue conmovedor.
Después, les preguntaron a sus hijos, y ahí cambió todo. Para ellos, sus papás son lo máximo. Los ven como su ejemplo, su refugio, su héroe. Los describen con una ternura que desarma. Porque mientras los padres se enfocan en lo que creen que no hicieron bien, los hijos se quedan con lo esencial: el amor, el juego, la risa, la seguridad. Ellos ven el vaso medio lleno… o incluso completamente lleno.
Puedes ver el video de este experimento social aquí:
Este experimento no solo emociona, también invita a mirar con otros ojos, a entender que nutrir no es solo dar alimento, también es dar presencia, cariño, escuchar. Es estar. Y ese tipo de nutrición (la emocional) es igual de importante que la física.
Por eso, LALA® no solo busca alimentar el cuerpo con lo mejor de la leche, también quiere estar presente en esos vínculos que nos hacen más fuertes como familia. Porque en cada desayuno, en cada “te quiero”, en cada momento simple donde un papá está, también se sirve un vaso de LALA® lleno de identidad y amor.

Este Día del Padre, vale la pena detenernos un momento; no para celebrar con fuegos artificiales, sino para mirar con los ojos de quienes más importan. Para decirles a los papás que sí, que lo están haciendo bien, aunque no siempre lo vean. Y si eres papá, date un respiro, mírate con más ternura y escucha lo que tus hijos ya saben: que para ellos eres el número uno.
Porque lo que tú ves medio vacío, ellos lo ven lleno de todo lo que eres.