Lo que debo saber
El verano arranca este fin de semanas y es una estación que sin duda nos invita a leer.
Aunque sea difícil creerlo, ya estamos en la mitad del año y ha llegado al hora de recibir el verano, una temporada cercana a las vacaciones y a muchos de los mejores recuerdos de nuestra vida. Sin duda, esta estación merece sus propios poemas; versos para recordar las temporadas en el mar, las tardes jugando en la calle y los ciclos que terminan y empiezan.
Y es que desde el inicio de los tiempos, el verano ha sido la musa perfecta para las y los poetas. Es el momento del sol, pero también de las tormentas intempestivas de julio. Es también esa temporada donde podemos apreciar la naturaleza en todo su esplendor, ya sea si estamos en el mar o si frente a una ventana viendo los cielos nublados.

Para Shakespeare, el verano era la temporada del amor, para García Lorca de la nostalgia y para el gran Antonio Machado ese instante donde podemos contemplar cómo el sol rojo emerge de las cumbres e ilumina la tierra serena. Y aunque cada quien escribe esta estación desde su forma única de contemplar la existencia, todos coinciden en que estos tres meses la vida surge y nos invita a vivirla.
Dicho todo lo anterior, hemos juntado una breve selección de poemas cada uno nos permite reflexionar no sólo acerca de esta estación, sino sobre la capacidad de apreciar la belleza. Esperamos también que este verano lo pasen entre libros y palabras.
El sueño de una noche de verano
En 1595, William Shakespeare dejó para el mundo una comedia poco convencional que le rinde un homenaje a las noches calurosas de julio y agosto. Se trata de una obra dividida en cinco actos, ubicada en Atenas, que nos cuenta los amores y desamores de Hermia.
Esta pieza se hizo a propósito de las celebraciones del solsticio que se hacían en Europa. En la antigüedad, la llegada del verano era el pretexto para celebrar toda clase de rituales asociados a la fertilidad y a la transformación. En este contexto, William creó un mundo onírico, donde los personajes se permiten dialogar con sus demonios y con sus ángeles.

Aquí el verano nos ofrece atmósferas enrarecidas que nos permite ser otros. Es por eso que en esta obra lo límites entre la realidad y la mitología se desdibujan. Entre las pasiones humanas aparece cupido, que en vez de flecha tiene una flor, Hécate una diosa que vive entre los árboles del bosque y por supuesto las hadas, verdaderas ninfas que cuidan a las criaturas de los dioses.
Finalmente, esta estación siempre ha estado relacionada con el amor. Para Shakespeare esto no era necesariamente una ventaja.Aunque, hay pocas cosas tan lindas como conocer a alguien en medio de las vacaciones, nada distorsiona más los sentidos, como las aventuras románticas pasajeras.
Poemas para amar el verano
Este año el verano arranca el 20 de junio, y sean cuales sean nuestros planes lo que sí hay que hacer es leer poesía, porque sólo las palabras son capaces de hacernos vivir durante tres meses, en un mundo cálido, con atmósferas enrarecidas, donde las hadas vuelan y cada flor es la posibilidad de volver al inicio.
Dicho esto aquí les dejamos ocho joyas para que el mejor verano suceda en nuestro interior.
1.Sobre el amor pasajero de verano
Rima XXXII: Pasaba arrolladora en su hermosura, Gustavo Adolfo Bécquer

Pasaba arrolladora en su hermosura
y el paso le dejé;
ni aun a mirarla me volví, y, no obstante,
algo a mi oído murmuró: «ésa es».¿Quién unió la tarde a la mañana?
Lo ignoro; sólo sé
que en una breve noche de verano
se unieron los crepúsculos, y… «fue».
2.Sobre las ventanas abiertas
El mejor momento, Raymond Carver

Frescas noches de verano.
Ventanas abiertas.
Lámparas encendidas.
Fruta en el cuenco.
Y tu cabeza en mi hombro.
Son los momentos más felices del día.Después de la primera hora de la mañana,
claro. Y del momento
antes de comer.
Y la tarde, y
el principio del atardecer.Pero me encantan
estas noches de verano.
Más incluso, creo,
que aquellos otros momentos.
El trabajo acabado por ese día.
Y nadie que pueda molestarnos ahora.
O nunca.
3.Sobre el final del verano.
Verano, César Vallejo

Verano, ya me voy. Y me dan pena
las manitas sumisas de tus tardes.
Llegas devotamente; llegas viejo;
y ya no encontrarás en mi alma a nadie.
Verano! Y pasarás por mis balcones
con gran rosario de amatistas y oros,
como un obispo triste que llegara
de lejos a buscar y bendecir
los rotos aros de unos muertos novios…Para leerlo completo, entra aquí
4.Sobre el silencio de una noche en el verano
Noche de Verano, Antonio Machado

Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cénit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.
5. Sobre el calor abrazador
Verano, Gabriela Mistral

Verano, verano rey,
del abrazo incandescente,
sé para los segadores
¡dueño de hornos ! Más clemente.Abajados y doblados
sobre sus pobres espigas,
ya desfallecen. ¡Tú manda
un viento de alas amigas !…Para leerlo completo, entra aquí
6.Sobre el verano para llenar el espíritu
Sensación, Arthur Rimbaud

Iré, cuando la tarde cante, azul, en verano,
herido por el trigo, a pisar la pradera;
soñador, sentiré su frescor en mis plantas
y dejaré que el viento me bañe la cabeza.
Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos:
pero el amor sin límites me crecerá en el alma.
Me iré lejos, dichoso, como con una chica,
por los campos, tan lejos como el gitano vaga.
- 7. Sobre el verano y los colores
Poema Madrigal de Verano, Federico García Lorca

Junta tu roja boca con la mía,
¡oh Estrella la gitana!
Bajo el oro solar del mediodía
morderá la manzana.En el verde olivar de la colina
hay una torre mora,
del color de tu carne campesina
que sabe a miel y aurora.Me ofreces en tu cuerpo requemado
el divino alimento
que da flores al cauce sosegado
y luceros al viento…Para leerlo completo, entra aquí
8. Sobre mirar estrellas
Noche de verano, Octavio Paz

Pulsas, palpas el cuerpo de la noche,
verano que te bañas en los ríos,
soplo en el que se ahogan las estrellas,
aliento de una boca,
de unos labios de tierra.Tierra de labios, boca
donde un infierno agónico jadea,
labios en donde el cielo llueve
y el agua canta y nacen paraísos…Para leer el poema completo, entra aquí