Todos tenemos una forma distinta de vacacionar, algunas personas buscan aventura; otros, puro descanso. A veces, lo único que se quiere es calma, ver peces de colores, y que el sol haga lo suyo. Lo bueno de Xel-Há es que puedes ser ambos… en el mismo día.
Este paraíso natural es perfecto para quienes aman el agua, la aventura y también para quienes solo quieren flotar como hoja en el río. ¿Lo mejor? No tienes que preocuparte por qué hacer primero, porque aquí hay tiempo y espacio para todo: naturaleza, emoción, comida rica y muchas, muchas ganas de no regresar a casa.
¿El mejor snorkel o pura adrenalina? En Xel-Há no tienes que elegir
Si estás buscando el mejor lugar para hacer snorkel en el Caribe mexicano, deja de buscar. Aquí tienes más de 8 hectáreas para nadar y espiar la vida marina como si fueras parte de un documental. No exageramos: puedes pasar más de 8 horas snorkeleando entre peces de colores, en agua cristalina, con tu máscara full face y toda la calma del mundo.
Lo mejor es que puedes elegir entre hacerlo en un río rodeado de manglar o en la caleta que conecta con el mar. Y si eres de los que piensan “yo no sé nadar bien”, tranqui: hay supervisión de salvavidas para que solo te preocupes por disfrutar (y por no gritar cuando veas un pez más grande de lo esperado).
Ahora, si eres del team “más emoción, por favor”, aquí hay buenas noticias: Xel-Há tiene el tobogán más alto de la Riviera Maya, que parte desde el icónico Faro Mirador, a 40 metros del suelo. Subes, te tomas la selfie con vista a la jungla y el mar, y luego te lanzas por un tobogán en espiral. No se necesita más.
Además, puedes tirarte desde tirolesas al agua, saltar desde piedras de 5 metros, cruzar puentes colgantes y sentir que estás en tu propia película de acción. Spoiler: siempre termina con un chapuzón.
Río, naturaleza, hamacas y buffet: sí se puede tener todo
Para los que van con actitud zen (o los que se cansaron de tanta emoción), el parque también tiene zonas para desconectarse del estrés... y reconectarse con una piña colada. Te puedes dejar llevar por el río en una llanta flotante, dormirte en una hamaca bajo la sombra o simplemente comer. Comer mucho. Porque sí, hay buffet incluido. Y bebidas. Y más buffet. Todo el día. Así que, si no te emociona lanzarte de una piedra, tal vez sí te emocione un taco de cochinita.
Más allá de las actividades y la comida, Xel-Há también tiene su lado contemplativo. Puedes caminar por senderos en la selva, conocer el jardín de los chacahs o visitar el vivero donde se cultivan especies locales. Incluso puedes aprender sobre la abeja melipona (sí, una abeja sin aguijón y con miel poderosa). Ideal para el momento zen o para subir contenido “aesthetic” a redes con un toque ecológico.
Un día que rinde como si tuviera 30 horas
Abierto los 365 días del año, desde las 8:30 am hasta las 6:00 pm, Xel-Há te deja exprimir el día al máximo. No es de esos lugares donde sientes que pagaste por ver solo la entrada. Aquí hay de todo, para todos, y todo el tiempo.
Puedes snorkelear, lanzarte del tobogán más alto, descansar en el río, comer, aprender sobre la naturaleza… o hacer todo eso en bucle. Lo que tú decidas. ¿Listo para tu combo de aventura, relax y paisaje?
Dicen que Xel-Há es “donde nace el agua”, pero también puede ser donde renacen tus ganas de vacacionar como se debe y vives Tus emociones al natural. Xel-Há ahora es más accesible con su nuevo tipo de entrada Xel-Há Light, así que si quieres más info y comprar entradas, entra a su sitio web acá .
