Lo que necesitas saber:
Te presentamos a Barry Can't Swim, un productor escocés música electrónica ecléctica que pasa de la nostalgia a la euforia magistralmente.
Por allá del 2019, un proyecto con un nombre curioso nos llamó la atención por ofrecer una mezcla de sonidos que en principio parecerían demasiado complejos de unir, pero que funcionan a la perfección en sus rolas. Hablamos de Barry Can’t Swim, que ofrece un collage electrónico que no puedes perderte y además, esta semana estrena su segundo disco de estudio, titulado Loner.
Joshua Mainnie es un productor que ha sabido combinar la riqueza melódica de géneros como el jazz con la potencia del house moderno y la sensibilidad cinematográfica de la música electrónica más introspectiva. Tan es así, que en vivo se rifa con batería
Desde sus primeros lanzamientos en 2020 hasta su aclamado LP debut When Will We Land? (2023), Barry Can’t Swim ha construido un sonido propio que se basa en gigantes de la electrónica, y te puede llevar de la nostalgia a la euforia de una rola a otra.
¿A qué suena Barry Can’t Swim?
Imaginen un puente entre Bonobo, Moby y Fred again.., con beats bailables y arreglos melódicos que remiten al jazz, el breakbeat y hasta la world music. Barry Can’t Swim toma lo mejor de la música electrónica contemporánea y lo fusiona con elementos acústicos, samples con textura y un enfoque orgánico que rara vez se escucha en el dance actual. Sus live sets nos han mostrado eso.
Su sonido se nutre del house melódico, el downtempo, la world music y la electrónica emocional, con claras referencias a proyectos como Four Tet, Tourist, DJ Koze o incluso el lado más suave y envolvente de Bicep. Hay algo en su música que invita tanto a moverte y a cerrar los ojos y dejarte llevar.
5 canciones esenciales para entrar a su mundo
Si estás por descubrirlo, aquí te dejamos una selección que resume lo que Barry Can’t Swim tiene para ofrecer, con un poco de todo lo que ha planeado para crear su identidad sonora.
“God Is The Space Between Us”, una clase maestra del sampling vocal y breakbeat minimalista, que muestra que quizás una de las mayores virtudes de Barry Can’t Swim es el build up de una rola, en la que poco a poco va incrementando los elementos en una rola para reventar mucho después.
En “Jazz Club After Hours”, el homenaje al jazz de nicho muestra la elegancia la de este track de Barry Can’t Swim, homenajeando sus influencias del jazz de forma libre, Joshua te invita a esta rola con una intro un poco atípica, pero que sigue con un drop con cuerdas y un piano seguido de flautas. Resulta en una rola impresionante que convencerá a los escépticos de la electrónica.
“Skylab District” es un homenaje al sampleo noventero, con sintetizadores hipnóticos en el puente, Joshua mete un crescendo de breakbeat que resulta en algo espectacular que te transporta décadas atrás.
Para “Some Day I Will” el sonido flotante de Barry Can’t Swim lució en su primera colaboración, con hawi, en la que escuchamos cuerdas bellísimas y texturas bastante similares a las de Underworld o Fatboy Slim, pero este maestro de los sonidos cortos logra hacer un homenaje que resuena en tu oído pero crea una identidad propia.
Las bases de su proyecto se escuchan desde “Because I Wanted You To Know”, su primer sencillo, sus vocales elusivos y algo de la influencia de world music de artistas como Bonobo y Floating Points, muestran la propuesta de Barry Can’t Swim desde su primer sencillo, una rola que puede estar en repetición por varias horas y vivir en tus oídos.
Colaboraciones con otros artistas
Barry Can’t Swim ha trabajado directamente con el productor Laurence Guy y ha compartido escena y trabajo rolas con somedeadbeat. Además de lo instrumental, les dejamos algunas colaboraciones vocales que ha incorporado.
Suele invitar a vocalistas que le añaden un elemento orgánico a sus rolas, y han participado con él Taite Imogen y Hawi, con un trabajo de producción que añade efectos al trabajo en voz.
¿Cuándo es ideal escuchar a Barry Can’t Swim?
La combinación de housito uptempo y es ideal para ir por un viaje por carretera con paisajes admirables, o durante un atardecer en la playa, cuando la luz comienza a desaparecer y todo se ve con la golden hour.
Barry Can’t Swim te puede ayudar mucho en una sesión de trabajo creativo donde necesitas ritmo sin perder concentración, manteniendo un tempo ideal para no bajarle al ritmo de trabajo.
Inclusive, lo hemos escuchado después de una noche de fiesta, en un after suave, donde el cuerpo ya no baila tanto pero tus oídos necesitan más.
3 datos curiosos que probablemente no sabías
El nombre “Barry Can’t Swim” nació como una broma entre amigos, un apodo inventado que terminó siendo su identidad artística hasta la fecha.
Estudió música en la Universidad Napier de Edinburgo, y sus primeras producciones vinieron de su amor a la música electrónica.
Toca el piano desde los 10 años, ya que su abuelo vio un anuncio en el que regalaban un piano, y así comenzó a tocar.
Barry Can’t Swim es de esos artistas que no solo hacen música para las pistas, sino también para dejarte reflexionando y conectarte con elementos orgánicos como piano y voces. Es un proyecto que suena tan bien en las bocinas de un club como en tus audífonos un día de lluvia. Si no lo conocías, este es el momento perfecto para sumergirte en este proyecto antes de que salga su segundo disco de estudio.