Reseña y Fotos: WYE OAK
Viernes 1 de agosto
El Plaza Condesa
México, DF
EL CONCIERTO
Wye Oak regresó a la Ciudad de México en la última escala de su gira norteamericana por su más reciente álbum, Shriek. De izquierda a derecha en el escenario: Andy Stack en la batería, teclado y bajo; Jenn Wasner en los vocales, bajo, guitarra y sintetizadores. Y ya. Son muchos instrumentos pero ahí se las arreglan con solo dos personas.
SETLIST
1. Before
2. The Tower
3. Shriek
4. Holy Holy
5. Plains
6. Glory
7. Sick Talk
8. Spiral
9. Despicable Animal
10. For Prayer
11. That I Do
12. Dogs Eyes
13. I Know the Law
14. Logic Of Color
15. Civilian
ENCORE:
16. Running Up That Hill
OPINIÓN
Lo de “arrulla” en el título es en el sentido positivo de la palabra. No quiere decir que el concierto estuvo tan aburrido que nos puso a dormir. Más bien, hay cierto tipo de música que se disfruta más en un estado semi-consciente. Wye Oak se presta a esa reflexión onírica que te hipnotiza mientras parte de tu mente aprecia el impresionante oficio del dúo de Baltimore (esos dúos de Baltimore son muy talentosos. Algo le deben de poner al agua por allá). Francamente, es de maravillarse como alguien puede tocar la batería con una mano y el teclado con la otra AL MISMO TIEMPO; el nivel de coordinación que tiene Andy Stack debe ser olímpico.
El nuevo álbum de Wye Oak fue un giro de 90 grados (o sea, no tan radical pero sí fue de notar) con respecto a su material anterior que se inclinaba más por el folk y el rock. Shriek pone más énfasis sobre el dream pop y el electropop, por lo que Jenn Wasner cambió su guitarra por el bajo, un instrumento con el que se veía más cómoda anoche. El setlist, de hecho, se apoyó demasiado en Shriek, claro, sin dejar fuera algunas favoritas de antaño como “Civilian” y “For Prayer” que terminaron por acoplarse bien al set. Las canciones del nuevo disco tuvieron una buena recepción entre el público, mostrando que en el poco tiempo desde que tuvieron su estreno, han tenido una penetración considerable, prueba de que la apuesta que tomaron ha rendido sus frutos.
El concierto arrancó de manera agradable con la sublime “Before”, un tema lento para establecer un mood sereno, el cual iba a ser la constante toda la noche. Algunos entre el público venían con ansias de bailar y alocarse -y estaban en su derecho, claro- pero la música no se prestaba mucho para ello, fuera de algunas canciones como “Glory”. Por cierto, me preguntaba en “Glory” como iban a traducir el breakdown del puente a la presentación en vivo. Aunque no lo hacen tal cual se escucha en el disco, Jenn se mueve del bajo al sintetizador a media rola para meter algunos efectos de noise, y luego regresa al bajo con algo de gracia para darnos el verso final. Era como si estos dos tipos fueran mutantes de cuatro brazos. Impresionante.
Los vocales de Wasner tienen esta característica similar a la de Sharon Van Etten que se distinguen por ser de esas voces “tristes”, que invitan al espectador a sumergirse en un estado melancólico, y por unos instantes el concierto parecía irse en esa dirección, pero la música luego te sacaba de tu trance con algunos riffs de guitarra o la batería de repente explotaba tras una parte lenta. La voz de Wasner finalmente se lució en el encore cuando la banda salió a tocar un cover de Kate Bush, según la bajista, por última vez. Se trató de “Running Up That Hill”, lo cual tiene sentido. Son muchos los artistas de electropop que citan a Hounds of Love como una de sus mayores influencias y Wye Oak no es la excepción.
DURACIÓN: 1 hora y 15 minutos
FOTOS: Monncastro
RESEÑA: Shy Oak de Pallet Town (@ShyTurista)
UNA VELA: El tatuaje de Jenn Wasner en su brazo derecho, no sea usted un mal pensado.
