1.- Slawomir Idziak
Conocido más por su trabajo en Gattaca, por ser un filme de ciencia ficción sin efectos especiales; la otra cara de la moneda de este cinematógrafo polaco es la película Azul, la primera parte de la llamada “trilogía de color” dirigida por Krzysztof Kieślowski. Basta con sólo ver el trailer para darse cuenta de lo que estamos hablando. Pueden verla completa aquí.
2.- Shoichi Ato y Atsushi Ozawa
Responsables del orgasmo visual japonés Confessions, cuya intensidad va de la mano con una narrativa en extremo cardiaca e impredecible. La cámara lenta y los planos a detalle, juegan un papel primordial a lo largo de la película, otorgándole un toque elegante, que verdaderamente puede llegar a volarte los sesos. El filme cuenta la historia de una maestra que intenta dar una lección de vida a sus alumnos, después de darse cuenta que dos de ellos fueron los responsables del asesinato de su hija.
3.- Darius Khondji
El director iraní, en colaboración con Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro, creó en Delicatessen un mundo crudamente fantástico, que narra la desconcertante historia de un mundo post apocalíptico en un compendio de departamentos, y la forma en que sus inquilinos luchan por sobrevivir.
4.- James Wong Howe
La nitidez y la profundidad, eran las obsesiones de este director de fotografía chino, cuya extensa carrera abarca desde el cine mudo hasta los indicios del color. Uno de sus trabajos más reconocidos fue Funny Lady.
5.- Emmanuel Lubezki
El fotógrafo mexicano, muestra gran parte de su talento en El árbol de la vida, película de esencia experimental donde lo destacable no es Brad Pitt, ni Sean Penn, si no el maravilloso trabajo visual que logró Lubezki, con sutiles movimientos de cámara, que en picadas o contrapicadas, acaparan las sombras de los intérpretes y otorgan a cada plano un ligero toque poético (aunque suene medio mamerto), acompañado de una excelente banda sonora.
