Un día como hoy,  pero del año 2001, el mundo fue sacudido con uno de los eventos más trágicos de la historia de los Estados Unidos. Poco después de las nueve de la mañana, se saturaron las líneas de emergencia en Manhattan, el rumor era que terroristas habían secuestrado cuatro aviones civiles. Dos aviones comerciales se estrellaron contra las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York. Otro cayó cerca del Pentágono en Washington. El último se estrelló en un campo en Pennsylvania. En total, casi 3,000 personas murieron.

El pánico invadió al país cuando las dos torres del World Trade Center colapsaron. Ante la tragedia, la población de Estados Unidos se hundió en el miedo. Tras el desastre, el presidente George W. Bush emprendió una operación para localizar a Osama Bin Laden y desintegrar a la organización fundamentalista Al Qaeda. El temor serviría como argumento para la invasión de Estados Unidos a Afganistán e Irak y, as su vez, para emprender la más grande campaña de vigilancia masiva al interior y al exterior del país, todo en aras de detener el terrorismo.

La pronta y violenta respuesta de Estados Unidos culminaría en la fragmentación de Al Qaeda, en la captura y ejecución de Sadam Husein y en la elección de un gobierno aliado en Irak. Hoy, Estados Unidos paga caro la imposición superficial del orden en aquella región. Al Qaeda fue sustituida por el Estado Islámico (ISIS), organización acaso más extremista que su antecesora. El gobierno aliado, por su parte, se ha mostrado incapaz de actuar sin la instrucción puntual de Washington.

Quizá la lección más importante que Estados Unidos debe aprender de su reacción frente a la tragedia del 9/11 es que el fundamentalismo es un fenómeno mucho más complejo que un conflicto armado y que la vía militar o la (irónica) imposición de la democracia en el mundo no bastan para terminar con el miedo.El duelo y la justicia por los que murieron en los atentados exigen la mejor de las soluciones.

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Cómo se recordará 13 años después.

Hoy por primera vez la ceremonia para rendir homenaje a las 2,983 personas se realiza en su totalidad dentro de la plaza del Monumento de Recordación y podrán visitar el Museo del 11-S.

El Museo Nacional del 11 de septiembre, incluye desgarradoras fotos de los ataques. Como sucede cada año, los familiares de los fallecidos en los ataques se reunirán el jueves por la mañana para leer los nombres de los fallecidos, haciendo una pausa en el pase de lista algunas veces: Cuando el vuelo AA 11 impactó la Torre Norte, cuando el vuelo UA175 impactó la Torre Sur, cuando el vuelo AA 77 impactó al Pentágono, cuando cae la Torre Sur, cuando el vuelo UA 93 cayo cerca de Shanksville, Pennsylvania, cuando cae la Torre Norte.

Las iglesias de toda la ciudad harán sonar sus campanas a las 8:46 a.m., cuando se realice el primer minuto de silencio para recordar el instante en que el primer avión impactó las torres. La ceremonia concluirá aproximadamente a las 12:30 p.m.

Las luces comenzarán en el atardecer del jueves y se apagarán en el amanecer del viernes 12.

¿Qué implicaciones tiene en la actualidad?

Para los pesimistas, el 13 aniversario de este año podría ser de mayor preocupación que en años pasados.Para los estadounidenses el 11 de septiembre de 2014, la pregunta no es “Si Al Qaeda atacará de nuevo?” sino ¿Cuál de estos grupos terroristas nos atacan?”.

Antes de su muerte, bin Laden representó al terrorismo yihadista, admirado por sus seguidores y respetado por sus rivales dentro de la comunidad yihadista: combatiente en Afganistán, el líder de los tres ataques exitosos contra objetivos estadounidenses; los atentados contra las embajadas en Kenia y Tanzania, un ataque contra USS Cole y el 9/11 ¿Qué otro líder yihadista podía jactarse tales méritos?

Hoy en día, los estadounidenses se enfrentan a tres amenazas yihadistas: Vieja Guardia de Al Qaeda, el Estado Islámico de Irak y al-Sham (ISIS, uno de los muchos acrónimos para el llamado Estado Islámico) y grupos radicales más locales como Boko Haram.

ISIS representa una amenaza más inmediata para los intereses estadounidenses internacionales que Al Qaeda. Sus avances podrían desencadenar una mayor guerra de poder entre suníes y chiíes en Irak. La infraestructura petrolera de Arabia Saudita y de Irak son objetivos atractivos para ISIS

Así, el terrorismo yihadista no ha desaparecido en la última década y no parece que vaya a desaparecer en la próxima década. Para los estadounidenses, cada 11 de septiembre representará un día en el que recuerdan el sufrimiento y la pérdida en 2001, pero también es un recordatorio de las cualidades perdurables y en evolución de los conflictos de su país con el extremismo yihadista.

@plumasatomicas

Vía: War on the Rocks

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