Se llama Christopher S. Driskill y es toda una fichita el señor. Verán, el obstetra de Nuevo México tiene prohibido practicar la medicina por algunas acusaciones demasiado extremas.

Aseguran que él bebe en el trabajo, en una ocasión no llegó a un parto porque en ese momento estaba teniendo sexo con otra paciente, se niega atender a otras pacientes sólo porque sí, además de que anota cosas “inapropiadas y personales” de sus pacientes en las tablas médicas, que por cierto, son accesibles a todo el personal.

Por supuesto que como toda historia, tiene dos versiones, varios de sus amigos han salido a defenderlo y aseguran de que nunca jamás se atrevería a tomar ni dentro ni fuera del trabajo.

¿Será o no será verdad? La moneda sigue en el aire y se decidirá si va a la cárcel o de regreso al hospital el próximo mes.

Vía DailyMail

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