Lo que necesitas saber:
La tradición budista tibetana indica que se trata de la búsqueda de una persona elegida por el mismo dalái lama.
La tradición dice que los monjes deben buscar a un niño que haya nacido casi al mismo tiempo de la muerte del dalai (dalái) lama. Si bien la sucesión del líder espiritual del Tíbet está pautada por aspectos religiosos, en este siglo XXI también hay elementos políticos a su alrededor. Y por acá queremos contarles cómo se elige la reencarnación de Tenzin Gyatso.
Tenzin Gyatso es el dalai (dalái) lama número 14 y en julio de 2025, poco antes de su cumpleaños 90, pidió a sus seguidores que comenzaran a buscar a su sucesor, la persona en que reencarnará, de acuerdo con la tradición budista tibetana, y el próximo dalai (dalái) lama 15.

¿Cómo se elige la reencarnación del dalai (dalái) lama?
A partir de esta petición buscamos información de la figura del dalái lama —con acento, de acuerdo con la Fundeu, y sin tilde para muchos medios de comunicación— y cómo eligen a un nuevo líder espiritual del Tíbet.

El dalái lama
Dalái lama significa “océano” por la palabra mongola dalai y “maestro reencarnado” por la raíz tibetana lama.
Juntas, estas palabras se refieren al maestro que logra tener un control sobre sus reencarnaciones.

De esta manera, en la región del Tíbet el dalái lama ha sido su líder espiritual —si lo quieren ver así puede ser más o menos un líder como el papa en la religión Católica—, pero también político como un gobernante.
La reencarnación
La tradición indica que el dalái lama o los daláis lamas son una expresión de Avalokiteshvara o Chenrezig en tibetano.
Se trata de un bodhisattva o una persona cuya vida la dedica para convertirse en un buda.
Ojo, no en Siddharta Gautama más bien en un estado de despertar que se mantiene constante, dejando a un lado el nirvana, para poder renacer una y otra vez. ¿Cuál es el objetivo?

Ayudar a la humanidad. Es por eso que se le conoce como Bodhisattva de la compasión.
Entonces, en el budismo tibetano, el dalái lama representa al Bodhisattva de la compasión.
Y en el caso de la reencarnación, el dalái lama alcanza un nivel espiritual superior al saber pero también decidir dónde y cuándo va a renacer.
La elección de un dalái lama
No se trata de un cónclave donde los líderes se reúnen y votan para elegir a un nuevo papa como sucede en la religión Católica.
La complejidad es otra. Tiene su base en la tradición del budismo tibetano que indica que los monjes de mayor jerarquía deben buscar a un niño que haya nacido casi a la par de la muerte del dalái lama.
¿Cómo saben que el niño es el elegido o la reencarnación del viejo dalai (dalái)? Mediante simbolismos como los sueños premonitorios.

Luego, viene la prueba: el niño tiene que reconocer las pertenencias del dalái lama.
Si el niño lo logra, los monjes debaten si las señales fueron las correctas para después comenzar con su educación religiosa.
Tenzin Gyatso
Los monjes se convencieron de que Lhamo Dhondup era la reencarnación del dalái lama 13 (Thubten Gyatso) cuando le mostraron las pertenencias del líder y el niño de 2 años les respondió: “Es mío”.
Al menos eso es lo que cuenta la historia que ha pasado por varias generaciones dentro y fuera del Tíbet.
Y que está relacionada con la elección del niño Lhamo Dhondup como la reencarnación 14 del dalái lama.

Para darle forma a la sucesión el nombre de Dhondup cambió al de Tenzin… Tenzin Gyatso.
Un nombre compuesto en el que Gyatso se sigue repitiendo en cada combinación y cuyo significado es “océano” en el idioma tibetano.
Tenzin Gyatso nació el 6 de julio de 1935 en una familia de agricultores en Amdo en el noreste del Tíbet.
Estudió y creció en el Tíbet para convertirse en su líder espiritual, pero también político como jefe de su gobierno.
De hecho, le entró a este segundo rol en la década de los 50 a causa del conflicto entre China y el Tíbet.

Fue entonces que Tenzin Gyatso tuvo como tarea negociar la paz con el régimen chino, aunque en 1959 se vio obligado a huir. Desde entonces, el dalái lama vive en Dharamsala (India) en el exilio.
Una elección en el exilio
Desde el exilio, Tenzin Gyatso ha planeado su reencarnación. El plan del dalai lama es que la sucesión continue bajo el aval de la Gaden Phodrang Trust, una fundación —sin fines de lucro— creada por el propio Tenzin Gyatso para llevar a cabo su labor humanitaria.
El dalái lama dijo que su reencarnación sucedería fuera de China, después de años de dudar si realmente iba a continuar con este proceso de sucesión —y, de entre otras cosas, declarar que su reencarnación podría ser una mujer o… nadie.
En retrospectiva, se ha documentado que las sucesiones datan del año 1391 con un maestro reencarnado, aunque pudieron suceder 300 años antes de esa fecha —bajo una religión como la budista de más de dos mil 500 años de antigüedad—, de acuerdo Martin A. Mills, director del Centro Escocés de Investigación del Himalaya, entrevistado por la BBC.
China
Aquí entra China, al sostener que sus líderes tienen todo el derecho de elegir al sucesor del dalái lama, así como llevar a cabo el ritual de la elección.
De hecho, poco después de la petición del dalái lama a sus seguidores para que vayan buscando a su reencarnación, el Ministerio de Exteriores de China dijo que este proceso debe ser aprobado bajo las leyes chinas.

De esta manera, es así como chance podríamos ver dos procesos de elección del próximo dalái lama.
El conflicto en el Tíbet
El Tíbet —en chino Xizang y en tibetano Bod— está ubicado en la meseta tibetana de Asia, al noreste del Himalaya.
Tiene fronteras con India, Nepal, Bután y China. Y nos detenemos en este último país, pues aquí está la cuestión del conflicto histórico entre el gobierno de China y los seguidores del budismo tibetano liderados por el dalái lama.
Se trata del conflicto entre China y el Tíbet. El primero considera a esta región como suya —se suele hablar de esta como una de las 5 regiones autónomas de China donde habita una población étnica minoritaria que… es la tibetana.

Por otra parte, el gobierno (en el exilio) del Tíbet afirma que la región es independiente de China y que está bajo una ocupación ilegal.
Las resoluciones de la ONU sobre este conflicto todavía siguen pendientes. Y, por lo pronto, el Tíbet no es considerado un Estado, pese a que de manera histórica desarrolló una cultura, idioma, religión y un sistema político.
A esto hay que sumarle que el Tíbet ha pasado por periodos complejos en los que se desarrolló como una región independiente y otras veces bajo la ocupación de distintas dinastías de China o Mongolia.
De un imperio a la ocupación
Los orígenes del Tíbet datan del año 127 a.C con los posteriores reinados de 42 monarcas que le dieron identidad a la región.
Siglos después, a partir del siglo VII, el Tíbet se desarrolló como un imperio hasta su fragmentación, periodo que se le conoce como la Edad Oscura pero en el que renació el budismo tibetano que tocó todos los aspectos de la estructura social, política y religiosa.

Después de ese periodo se instauró el sistema de gobierno de los lamas —primero por los sayka lamas y después por los dalái lamas.
La gran bronca es que tras la Segunda Guerra Mundial, en 1950, el ejército Popular de Liberación o las Fuerzas Armadas del Partido Comunista de China invadió el Tíbet reclamándolo como territorio chino.
9 después la población tibetana se rebeló contra China en un levantamiento nacional que resultó en el exilio de su dirigente, el dalái lama en India.
A partir de ese año, distintos reportes internacionales denunciaron el asedio del gobierno de China contra la población tibetana.
Los señalamientos iban desde la destrucción sistemática de su cultura y redes comunitarias para, a su vez, destruir el concepto del Tíbet como región independiente.
India, Estados Unidos y China
El Tíbet es una región de recursos naturales importantísimos. Concentra reservas minerales como el uranio y litio.
Ahí también se ubican los principales ríos de Asia. Entonces, el agua es otro recurso, además de que el territorio ha sido visto como una zona estratégica para China por sus fronteras.
En este contexto, la elección de la reencarnación del dalái lama cobra importancia no sólo para China o el gobierno tibetano en exilio, sino para otros países como India —donde habita un gran número de budistas tibetanos— y Estados Unidos.
Sin embargo, para China el también premio Nobel de la Paz es un separatista, mientras que para muchos en el ámbito internacional representa una figura de resistencia contra la opresión cultural, política y social de una población minoritaria. ¿Ustedes qué opinan?