Por María Vicencio
El 25 de octubre del año pasado, en uno de los programas de diálogo entre fuerzas políticas sobre el nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México dirigido por el conductor López Dóriga, le dijo a la diputada morenista Xochitl Zagal: “me da la impresión de que su prioridad es el punto de vista medioambientalista y no el desarrollo”. Esta aseveración ignora años de evolución del concepto desarrollo, culminando en el desarrollo sustentable, posicionado a finales de los años 80. El desarrollo sustentable, definido en 1987 como la satisfacción de “las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias”, agregó un factor a la concepción del crecimiento económico, el medio ambiente.
El desarrollo sustentable, pretende “lograr, de manera equilibrada, el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente”.
Entonces, ¿por qué hay personas que piensan que son aspiraciones excluyentes?
¿Quiénes han sido los responsables de posicionar la idea de que cuidar al medio ambiente es sinónimo de decrecimiento económico? Podríamos concluir que empresas a quienes significa menos utilidades el uso de materiales menos contaminantes, el tratamiento de residuos y aguas y el uso de energías renovables, así como gobiernos que les interesa atraer su inversión, son quienes se han esmerado en pensar que, para tener desarrollo económico, siempre hay que sacrificar una pequeña (o muy grande) parte del cuidado al medio ambiente.
Aquí entra una paradoja muy interesante. Desde la teoría económica keynesiana, cada eslabón de la circularidad del proceso económico requiere que el anterior se cumpla. Es decir, si queremos que las personas tengan dinero para gastar, primero deben tener un trabajo remunerado, si queremos que existan trabajos remunerados, deben existir empresas que producen, si queremos que existan empresas que produzcan, deben de existir personas que demanden lo producido y así sucesivamente.
Si queremos que exista un desarrollo económico, debe existir un medio ambiente sano; asimismo, materias primas suficientes y personas sanas que operen el proceso de producción.

Dicho esto, ¿por qué las empresas, los gobiernos y nosotras, personas consumidoras, propiciamos frenar la circularidad del proceso económico que eventualmente generaría crecimiento?. “Además del crecimiento económico, que no es la justificación central para cuidar el medio ambiente, la preservación de especies, el derecho al desarrollo en un medio ambiente sano, en donde no sólo es un privilegio consumir agua limpia o no respirar químicos tóxicos, el derecho de los pueblos originaros a conservar sus tierras sagradas, el derecho al futuro, entre otros temas, pueden darnos norte sobre por qué es importante impulsar políticas para tener un medio ambiente sano.”
Veinte años después de que la ONU definiera al desarrollo sostenible, se convocó en Río de Janeiro a la reunión llamada Cumbre de la Tierra Río 20, donde uno de los temas centrales a tratar, fue la economía o crecimiento verdes:
Crecimiento verde significa fomentar el crecimiento y el desarrollo económicos; al mismo tiempo, asegurar que los bienes naturales continúen proporcionando los recursos y los servicios ambientales de los cuales depende nuestro bienestar. Para lograrlo, debe catalizar inversión e innovación que apuntalen el crecimiento sostenido y abran paso a nuevas oportunidades económicas.
Este concepto vino acompañado de indicadores, como el PIB verde, que mide el crecimiento económico con relación a los costos medioambientales. Según datos de INEGI, en México, desde 2003 a 2016, la brecha entre el Producto Interno Bruto (PIB) y el Producto Interno Bruto Ecológico (PIBE) ha ido aumentando de 1,711,512 millones de pesos en 2003, a 4,343,589 millones de pesos en 2016.
Terminemos con la idea de que el desarrollo sustentable no es compatible con el desarrollo económico. Si el gobierno sigue generando políticas públicas partiendo de esta premisa, no podremos frenar la degradación al medio ambiente. A lo mejor, como dijo Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de CEPAL en 2013 en Guadalajara, “no bastan acciones puntuales contra la degradación ambiental sin un cambio de paradigma en la producción y el consumo en la región”.
Teniendo clara la concepción del desarrollo sustentable, será imprescindible cambiar y regular cómo se ejecutan los proyectos de desarrollo en México. No se deberían permitir proyectos que no estén encaminados al desarrollo social, económico y que protejan al medio ambiente. Además, podemos reconocer que la idea de que la derrama económica beneficiaría a todos por igual ha sido totalmente falsa. Si las acciones del gobierno no están encauzadas a distribuir de manera equitativa los recursos, la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades podría verse disminuida.
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María Vicencio es estudiante de Gestión Pública en el ITESO y presidenta de la Sociedad de Alumnas y Alumnos de la misma carrera. Integrante de Futuro.
Twitter: @MariaVicencio_
Referencias
- Asamblea General (1987), Desarrollo y Cooperación Económica Internacional: medio ambiente Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, Naciones Unidas, Pág. 23, disponible en: http://www.ecominga.uqam.ca/PDF/BIBLIOGRAPHIE/GUIDE_LECTURE_1/CMMAD-Informe-Comision-Brundtland-sobre-Medio-Ambiente-Desarrollo.pdf.
- CEPAL (2013), “América Latina debe pasar de la satisfacción de las necesidades básicas al cierre de las brechas estructurales”, CEPAL, Comunicado de prensa, disponible en: https://www.cepal.org/es/comunicados/america-latina-debe-pasar-la-satisfaccion-necesidades-basicas-al-cierre-brechas
- Georgina Jatzire Arévalo Pacheco (2018), Producto interno bruto ecológico en México 2003-2016, Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana, (julio 2018), pág. 6, disponible en: https://www.eumed.net/rev/oel/2018/07/producto-interno-bruto.html
- Naciones Unidas, Desarrollo sostenible. Antecedentes, disponible en: https://www.un.org/es/ga/president/65/issues/sustdev.shtml.
- OCDE (2011), Hacia el crecimiento verde. Un resumen para los diseñadores de políticas, OCDE, pág. 6, disponible en: https://www.oecd.org/greengrowth/49709364.pdf