El presidente Enrique Peña Nieto rendirá su cuarto Informe de Gobierno el próximo 1 de septiembre en el punto más crítico de su mandato: inmiscuido en las polémicas sobre el presunto plagio de su tesis universitaria y el conflicto de interés con un potencial contratista del gobierno que pagó el predial del departamento de su esposa, Angélica Rivera, en Miami.
De acuerdo con una encuesta publicada el pasado 11 de agosto, Peña Nieto es el presidente peor evaluado por la ciudadanía desde Ernesto Zedillo. Los niveles de popularidad del presidente se han visto afectados por el incremento de inseguridad y los niveles de pobreza en el país, así como la deteriorada situación económica. El estudio indicó que 74% de los mexicanos desaprueban la administración del político priista.
A los argumentos en contra del sexenio de Peña Nieto se suma la pobre implementación de las reformas estructurales —bandera de su gestión—, las matanzas de Tlatlaya, Estado de México, Apatzingán y Tanhuato, en Michoacán, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el enfrentamiento en Nochixtlán, además del escándalo de la Casa Blanca.
EPN presentará el Informe de Gobierno de su cuarto año como presidente de México al Congreso de la Unión y lo que debería ser un ejercicio de rendición de cuentas, se transformará —cambiando el formato tradicional “para acercarse a los jóvenes”— en una reunión privada con 300 estudiantes (no sabemos cómo los eligieron) y a la que los medios no tendrán acceso presencial.
Por eso, haciendo un hipotético viaje en el tiempo, les preguntamos: si tuvieran la oportunidad de volver al 1 de julio de 2012, ¿por quién votarían?