Obama relegó hoy sus intenciones de atacar Siria frente al Congreso, en el contexto de una dividida opinión de la ciudadanía estadounidense respecto a una potencial nueva intervención militar en medio oriente.
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, suspendió hoy sus planes para una intervención militar en territorio Sirio en contra del régimen de Bashar al Assat, luego de que Putin presentara una propuesta ante la ONU para pedir a Siria que entregase su arsenal químico a autoridades internaciones y así evitar la guerra.
El secretario de Estado de Obama, John Kerry había sugerido ya, más bien en forma jocosa, que la única forma de que Estados Unidos no interviniese militarmente sería la entrega de las armas químicas sirias. Al parecer, Siria y Rusia no vieron esa alternativa como algo descabellado y la presentaron formalmente ante las Naciones Unidas. Por lo pronto, esto significa un respiro para los legisladores, quienes se preparaban ya ante la difícil decisión de someter a votación el ataque.
El gobierno de Estados Unidos debe redactar ahora un proyecto de resolución, acompañado de Francia y el resto de sus aliados, en la que habrán de pedir claramente tres cosas: entrega de armas químicas para destruirlas, autorización para introducir en el país un equipo internacional de inspectores que vigilen y den cuenta del efectivo desarme, así como represalias para el gobierno Sirio si no cumpliera con estas condiciones.
Rusia, sin embargo, tiene derecho de veto sobre la petición, de suerte que podría exigir la exclusión de la posibilidad de las represalias. El ambiente en Moscú parece sugerir que será esta la decisión a tomar por el Kremlin.
Por lo pronto, Francia presentará hoy mismo una redacción preliminar de la petición que incluirá la condena del uso de las ramas químicas, exigencia de sanción a los responsables de la administración de al Assat y del desarme inmediato. Rusia ha reaccionado rápidamente y ha condenado por adelantado el texto, afirmando que cualquier afirmación de que el gobierno sirio fue el responsable de los ataques no puede ser suscrita por Putin y su gabinete. Simultáneamente, EEUU, Francia y Reino Unido analizan a fondo en este momento el borrador ruso, con abiertos temores de que se trate simplemente de una pantalla para retrasar o evitar definitivamente un ataque contra un régimen culpable, dicen.
Parece realmente difícil que se llegue a una redacción final con la que tanto EEUU, Francia e Inglaterra por un lado, y China y Rusia por el otro estén de acuerdo. En todo caso, de aceptarse una versión que prevenga castigos a Siria si no se desarmara, una intervención militar con respaldo de la ONU no estaría descartada.
Qassim Sadedin, un comandante rebelde declaró a Reuters: “La oferta rusa es una trampa y una maniobra engañosa del régimen de Damasco que no hará nada para resolver la situación. Tienen toneladas de armas escondidas y será casi imposible que los inspectores internacionales las encuentren”.
