Por más de una década, diversas potencias mundiales han estado en conversaciones con Irán con el fin de llegar a una negociación sobre su programa nuclear; finalmente, con más de un año de incumplimientos, Estados Unidos, China, Reino Unido, Francia, Rusia y Alemania han llegado a un histórico acuerdo con Irán para frenar su programa nuclear a cambio de miles de millones de dólares en ayuda y la suspensión de las sanciones económicas impuestas en los últimos años.
El acuerdo, es histórico y sin lugar a dudas marca el inicio de una nueva era en Oriente, poniendo fin a 35 años de constantes enfrentamientos entre Estados Unidos e Irán, buscando reconfigurar los poderes geopolíticos en una región que, como sabemos, suele vivir en medio del terrorismo y violencia extremista.
De acuerdo a los términos generales, Irán se compromete entre otras cosas a realizar un uso “exclusivamente pacífico” de la energía nuclear, a no adquirir ni desarrollar bajo ninguna circunstancia armas nucleares. Tampoco producirá uranio y se deshará del 98% del material nuclear que posee, y las potencias podrán verificar abiertamente el cumplimiento de cada uno de estos puntos, según anuncio Barack Obama.
Para el canciller iraní Javad Zarif el acuerdo es “histórico” y un “ganar -ganar” para todas las partes, pero también dijo que “no es perfecto” y que significa un “nuevo capítulo de esperanza.”
El acuerdo, que aún debe ser aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU, y por supuesto, por el Congreso de los Estados Unidos, tiene entre sus principales puntos lo siguiente:
Reducción de la capacidad nuclear: en un periodo de 10 años, Teherán tendrá que disminuir el número de centrífugas de 19 mil a 6 mil 104, y todas deberán de ser utilizadas para investigación y desarrollo de programas civiles. El stock de uranio de bajo enriquecimiento también será limitado de 12 mil kg a 300 kg, lo que representa una reducción del 98%. Cualquier exceso, según el acuerdo, será vendido al mercado internacional.
Además, el núcleo del reactor de agua que pasa por Arak -una de las principales ciudades industriales de Irán- será removido, y la estructura será rediseñada de tal forma que no produzca cantidades significativas de plutonio. La instalación subterránea de Fordow para el enriquecimiento de uranio dejará de ser utilizada y el país no podrá construir nuevas instalaciones en por lo menos 15 años.
Inspecciones regulares: Para asegurar que el acuerdo se respeta, Irán permitirá que la ONU relice visitas periódicas, incluso con acceso a instalaciones militares, esto en caso de que haya sospechas de actividades nucleares no declaradas. En ese caso, los agentes deberán hacer un pedido formas a las autoridades de Irán, que tendrá 14 días para permitir la visita. Pero, los inspectores sólo podrán ser de países con relaciones diplomáticas con Irán, por lo tanto, no de Estados Unidos… sin embargo, Barack Obama señaló que esta medida será suficiente para detener la proliferación de armas nucleares en la región.
“Hemos frenado la expansión de las armas nucleares en Oriente Próximo (…) Este acuerdo nos ofrece la oportunidad de avanzar en una nueva dirección. Deberíamos aprovecharla”, señaló Obama.
Retiro de sanciones: Irán debe cumplir todas las disposiciones de reducción y supervisión antes de iniciar con el retiro de sanciones internacionales adoptadas desde 2006 por Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU, las cuales debilitaron la economía iraní. Las restricciones serán levantadas progresivamente, permitiendo a Irán vender petróleo nuevamente a los mercados internacionales y utilizando el sistema financiero global para el comercio. Teherán también tendrá acceso a más de 100 mmdd en activos congelados.
Embargo de armas: El embargo de Naciones Unidas al comercio de armas permanecerá en vigor durante cinco años, y las sanciones por la posesión de misiles continuará por ocho años. Pero algunas nuevas restricciones podrán ser impuestas, la exportación e importación de armas será estudiada caso por caso. Si Teherán viola el acuerdo, las sanciones internacionales serán reimpuestas.
Sanciones vigentes: Las sanciones de derechos humanos y terrorismo permanecerán, así como las sanciones que impiden que estadounidenses y empresas de los Estados Unidos realicen negocios en Irán.
*** Con información de El País, BBC, The Guardian