De acuerdo con una investigación del periódico Reforma, la PGR aseguró, entre el 2006 y el 2013, cerca de 1,120 piezas artísticas, entre las que se encuentran pinturas, piezas arqueológicas y de arte sacro. Hoy nadie puede responder dónde están esas piezas.
Ya desde el año pasado, el diario Reforma publicaba una investigación sobre obras incautadas al crimen organizado.
Cuando la PGR incauta material artístico para resguardarlo, lo envía al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), que, según ellos mismos, son “un Organismo Descentralizado de la Administración Pública Federal con personalidad jurídica y patrimonio propios, agrupado en el sector coordinado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)“.
Es decir, el SAE se encarga de recibir los bienes incautados y administrarlos, destruirlos o subastarlos según sea el caso.
El asunto aquí es que los números y registros relacionados con piezas artísticas incautadas por la PGR y los del SAE no coinciden y en este momento nadie sabe en poder de quién están las obras entre las que, supuestamente, se encuentran creaciones de Diego Rivera, Dr. Atl, Gutav Klimt o Rufino Tamayo. Según la investigación publicada en el periódico, en ninguna de las bases de datos “existe información sobre la ubicación actual de los bienes, ni tampoco de las razones por las que fueron asegurados“.
Según los datos ofrecidos por la investigación, en el 2008, la PGR aseguró 35 pinturas, pero sólo 18 llegaron al SAE; en el 2007 no se aseguró ninguna, pero llegaron 49, además, si tratamos de investigar qué pasó en años anteriores nos encontramos con que la PGR tiene registros en blanco antes del 2006.
Las cifras que sí se proporcionan señalan que 979 piezas arqueológicas fueron aseguradas desde 2006: “Las incautaciones en este renglón a veces se disparan, mientras otros años son nulos: en 2009, por ejemplo, se recuperaron 637 de estas piezas, y el año pasado ninguna“, aseguró el periódico.
Un asunto interesante es que, hablando de las pinturas incautadas en ese periodo (79) no todas pueden considerarse auténticas aunque tengan firmas de reconocidos pintores.
El gran problema aquí es, desde luego, la poca atención que se pone a la hora de administrar bienes culturales. ¿Hay curadores o expertos dedicados a clasificar y dar el tratamiento necesario a estas obras en la PGR o el SAE? Parece que no, y si los hay, no lo están haciendo, o bien, no lo están reportando, de tal manera que, si queremos saber el paradero o estado de estas piezas, chocaremos contra un muro de bases de datos en blanco.
No queremos ser malpensados ni nada, pero el teje y maneje de los bienes incautados siempre ha sido un asunto espinoso en México… ¿estarán las pinturas o piezas arqueológicas adornando la sala de algún político?