Desde su nacimiento hasta hace unos días, la historia del Atlético de Madrid siempre había estado relacionada con la emoción, con lo realmente increíble y lo inesperado. Finales y partidos trascendentales hacían su aparición en el calendario colchonero, y si bien los resultados -buenos o malos- estaban ahí, la suerte normalmente les era esquiva.
El “Atleti” es uno de los equipos con más tradición en el futbol español, lejos de siempre ver hacia arriba al Real Madrid y Barcelona, quienes se apoderan de la liga, los “colchoneros”, Valencia y alguno que otro equipo de menor linaje siempre han estado cerca, les han perseguido y en muy pocas ocasiones han logrado ser más que estos clubes de abolengo.
Este fin de semana la excepción a la regla hizo su aparición. Barça y Atlético se jugaron una “final” en la Liga Española, partido que definía al campeón del país. Los culés tenían que vencer a su rival para convertirse en campeones, pero a los rojiblancos les bastaba un empate para proclamarse el mejor equipo. Y así fue. Empate a un gol en los 90 minutos y los colchoneros levantaron su décima copa como campeones españoles.
Antes de esto pocas glorias habían llegado al club desde aquel entonces. No por nada aseguran que es un equipo atrapado en una burbuja de mala suerte. Durante la Final de Copa de Europa de 1974 esto se hizo más fuerte que nunca. El “Atleti” ganaba con gol de Luis Aragonés, pero segundos antes del final Schwarzenbeck empató el partido con un tiro lejano que sorprendió a Reina.
Tenían en su mano brillar como el mejor club de Europa y se les fue la oportunidad. Con este resultado, se jugó un partido de desempate, el 17 de mayo de 1974, donde el equipo español se presentó totalmente desmoralizado y mermado físicamente, siendo derrotado 4-0 por el Bayern Munich. A partir de ese momento, Vicente Calderón, presidente de aquel entonces, dijo que su equipo era el “pupas”, que según el dicho popular “cayó de espalda y se rompió el ombligo”.
Hace siete u ocho años que de ‘pupas’ no tenemos nada. En el momento en que Calderón lo dijo, seguro que pasaba. Ahora nos llaman el buena suerte, aseguró Enrique Cerezo tras conquistar la Liga.
Así de mala ha sido siempre la suerte de este club, quien busca quitarse este mote a como dé lugar y su segundo paso será en la Final de la UEFA Champions League, torneo en donde nació el apodo de “pupas” que los ha perseguido por tanto tiempo. Lisboa será la sede. Real Madrid el rival. Ahí se espera que los colchoneros redondeen una temporada llena de alegrías y satisfacciones.
Pero es cierto que el Atlético ha sido un equipo sufridor en las victorias y en las derrotas. Siempre al límite. Nueve de sus diez ligas las conquistó en la última jornada. Fue capaz de ganar cuatro Copas del Rey a los merengues en el Santiago Bernabéu y perder la única final que jugó contra el Madrid en el Vicente Calderón.
Cientos de factores han confabulado en su contra para hacer de este equipo uno que gusta de hacer sufrir a sus seguidores pero que cuando se propone hacer las cosas bien lo cumple a la perfección, sino pregunten al “Cholo” Simeone y compañía, quien hoy son el mejor equipo del país y buscan ante unos blancos cabizbajos obtener el mote de “cojoneros”. Eso es lo que son.
