Más de tres meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y sigue sin confirmarse su paradero… eso sí, continúan descubriéndose más fosas con restos humanos en su interior, sin que se determiné a quién corresponden.
En el municipio de Chilapa de Álvarez, Guerrero, autoridades ministeriales realizaron la exhumación de por lo menos 10 cadáveres y 11 cabezas cercenadas, esto tras localizar seis fosas clandestinas. Según las primeras informaciones, se presume que los restos podrían pertenecer a gente de las bandas de Los Rojos o Los Ardillos, quienes se disputan el control del territorio que sirve de conexión entre la región de la montaña con el centro del estado.
De acuerdo con el Fiscal General del Estado (FGE) el lugar específico del hallazgo fue en un camino de terracería de las inmediaciones de Tepehuixco, poblado ubicado en la cabecera municipal y a cerca de 30 minutos de Chilapa. Los restos de los 10 cuerpos fueron encontrados en cinco fosas, mientras que las 11 cabezas humanas fueron extraídas de la sexta sepultura improvisada. Las víctimas presentaban huellas de tortura, además de que se encontraban atadas de pies. De acuerdo con el informe oficial, presentaban impactos de bala.
Otro dato ofrecido por la FGE es que los cuerpos no presentaban un estado de descomposición avanzado, por lo que se presume que las víctimas fueron asesinadas la semana pasada. No así las cabezas, las cuales dan signos de tener más tiempo, por lo que se especula que podrían corresponder a los 11 cuerpos decapitados que fueron hallados el pasado 27 de noviembre en el poblado de Ayahualulco.
Según reporta Proceso, desde hace varias semanas en la zona de Chilapa se han recrudecido los enfrentamientos entre grupos criminales, esto siendo del conocimiento de policías federales y Ejército… y ni qué decir de la autoridad estatal, la cual poco o nulo actuar ha mostrado ante la inseguridad y violencia que prima en la región.