De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), más de 200 millones de mujeres y niñas vivas han sufrido de mutilación genital femenina en la actualidad. 

Solo para este 2023 se estima que 4.2 millones de niñas corren riesgo de ser sometidas a este brutal procedimiento. La pandemia de COVID-19 frenó los programas para combatirlo por lo que podrían haber otros dos millones más de casos de mutilación durante los próximos 10 años si no se toman medidas aceleradas. 

Foto: BBC

Mutilación genital femenina

La mutilación genital femenina (MGF) es cualquier procedimiento para extirpar parcial o total los genitales externos femeninos. También contempla cualquier otro tipo de lesión a los órganos genitales femeninos por razones culturales o de otro tipo, pero no médicas. 

Las niñas y mujeres que han sido sometidas a esto viven principalmente en África subsahariana y los Estados Árabes, pero también se practica en algunos países de Asia, Europa del Este, América Latina y entre poblaciones migrantes de Europa, América del Norte, Australia y Nueva Zelanda. 

Si no se toman medidas a la voz de ya, se estima que 68 millones de niñas serán sometidas a esta brutalidad entre 2015 y 2030 en al menos 25 países. 

Vamos a poner un ejemplo que pone la piel chinita: en Somalia el 98% de las niñas y mujeres de entre 15 y 49 años han experimentado algún tipo de mutilación genital. En Guinea es el 97% y en Egipto el 91%

Foto: UNFPA

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado 4 principales tipos de MGF:

  • Clitoridectomía: extirpación total o parcial del clítoris y/o el prepucio.
  • Escisión: extirpación del clítoris y los labios menores.
  • Infibulación: estrechamiento de la abertura vaginal y creación de un sello que la cubre. El sello se forma al cortar y reconocer los labios menores y/o los mayores.
  • Perforación, incisión, raspado o cauterización de los genitales femeninos. 

Generalmente se realizan con cuchillos especiales, tijeras, bisturíes, trozos de cristal o cuchillas sin anestesia ni condiciones antisépticas. 

Este tipo de prácticas se realizan para “controla la sexualidad de la mujer”, para marcar la transición de niña a mujer, porque los genitales femeninos se consideran sucios y feos, y porque en algunas comunidades es un requisito previo para obtener el derecho de herencia y para casarse. 

¿Cuáles son las consecuencias de la mutilación genital femenina?

Las complicaciones inmediatas de estos procedimientos incluyen dolor agudo, conmoción, hemorragia, tétanos o infección, retención de orina, úlceras en la zona genital, infección de la herida, infección de orina, fiebre y septicemia. 

En algunas ocasiones las hemorragias e infecciones pueden ser tan graves que terminan en la muerte. 

A largo plazo estamos hablando de anemia, formación de quistes y abscesos, formación de tejido queloide, daño a la uretra que produce incontinencia urinaria, coito doloroso, discusión sexual, hipersensibilidad en la zona genital, mayor riesgo de transmisión del VIH, complicaciones durante el parto y por supuesto efectos psicológicos.

Foto: UNFPA

Se sabe por ejemplo que algunas comunidades de América del Sur practican la mutilación genital femenina en Colombia, Panamá, Ecuador y Perú. 

Fue en 2012 cuando la Asamblea General de la ONU designó el 6 de febrero como el Día Internacional de Tolerancia Cero para la Mutilación Genital Femenina. 

El lema de este año es: “Aliarse con hombres y niños para transformar las normas sociales y de género y acabar con la mutilación genital femenina“.

Yo soy Gabriela Espinosa, pero díganme Gaby, si no siento que me regañan. Trabajo como reportera y redactora en Sopitas.com desde 2018 y desde entonces me enfoqué, en su mayoría, en hard news. En diciembre...

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