Este miércoles te contamos lo que pasó en Siria. La feroz dictadura de Bashar Al-Assad reaccionó contra las demandas de los sunitas de una manera brutal: ordenó el peor ataque con armas químicas en 25 años. Las reacciones a nivel global no han tardado en llegar y Obama no sabe qué hacer.
La ONU tiene a un equipo trabajando en Siria corroborando los hechos ocurridos en Damasco y muy pronto las potencias tendrán que tomar la decisión de intervenir o no en el país. Al ser abordado el tema por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Rusia, el principal aliado de Assad, dejó claro que no está dispuesta a respaldar un ataque militar. Esto deja a Obama en una difícil decisión: o bien, no reaccionar militarmente, o bien lograr una alianza con Francia y Turquía (al menos) para así invadir Siria sin el consentimiento de la ONU.
Las opciones de Obama no son sencillas. No reaccionar lo haría quedar como un mandatario débil e indiferente ante la injusticia. La intervención militar podría darse de dos formas: desde la flota estadounidense y aliada que navega el mediterráneo, o a través de un ataque aéreo. La primera opción sería de corto alcance y podría servir más de pretexto a Assad de colocarse en la posición de víctima que para tener un impacto profundo en la solución al conflicto. El ataque aéreo podría poner en peligro la vida de civiles y de soldados estadounidenses debido a la defensa Siria, que parece no ser débil. El ataque terrestre está descartado.
Por otro lado, el gobierno estadounidense podría proveer armas a los rebeldes sunitas, pero un gran sector de la opinión pública los califica como extremistas, lo que podría dar la impresión de que el país americano apoya al terrorismo. A demás, podría repetirse la experiencia de Afganistan, al que Estados Unidos facilitó armas para luchar contra la invasión soviética, sólo para verlas utilizadas años después en la lucha contra sus propias tropas durante las recientes invasiones.
Obama ascendió al poder y fue reelecto, entre otras cosas, gracias a su promesa de retirar las tropas de Irak. Podría dejarlo no sólo sin haber terminado con aquél conflicto, sino con una invasión más en Medio Oriente.