En la primer fosa, se encontró el cadáver, posiblemente de una mujer, y en la segunda se hallaron tres cuerpos, al parecer dos de ellos de sexo femenino y uno masculino.
Ahora la PGR trabaja en el procesamiento e identificación de estos cuerpos mediante análisis de antropología, genética y odontología, entre otros estudios. Además de que se han recabado las declaraciones de pobladores de Carrizalillo y tomado los perfiles genéticos en la población.
En esta investigación también participa personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes utilizan equipo y tecnología de punta como el georadar.
Así que, a más de un año de los lamentables acontecimientos en Iguala, el caso sigue abierto y se siguen desenterrando crímenes en Guerrero.
FUENTE: Aristegui Noticias