¿Qué importancia puede tener un festival de música? Pero particularmente qué importancia tiene Coachella. ¿Por qué es uno de los festivales de los que escuchamos hablar más que de otros en el mundo?
El año pasado, Coachella reunió a 90 mil personas cada fin de semana para ver a más de 100 actos presentarse a lo largo de tres días en seis escenarios.
90 mil personas.
Hay países en Europa donde viven menos gente*.
Entre todas las artes, la música es la más popular, capaz de convocar miles de cuerpos delante de un escenario para disfrutar la presentación de un pequeño grupo de personas armados con un par de guitarras, un bajo y una batería. A veces, hay un teclado. En otras ocasiones hay trompetas o trombones. Y estos días nos tocará ver con más frecuencia a solo un tipo con una laptop. La idea es que todos ellos producen lo mismo a través de sus amplificadores: música.
El festival de música es terreno sagrado en la era moderna del mercado libre. ¿Dónde más puedes ver a tanta gente, cada uno dispuesto a gastar una fortuna en boletos, mercancía, comida, bebidas, atracciones, transporte, estacionamiento y otros servicios que se ofrecen al asistente para disfrutar al máximo su experiencia?
En el festival pueden coexistir diferentes tipos de intercambios a una escala masiva. El primero que salta a la vista es el intercambio artístico donde una banda, digamos HAIM, toca las canciones de su aclamado debut Days Are Gone para cinco mil personas. HAIM interpreta su música y a cambio recibe la atención del público. El otro tipo de intercambio es el económico. Este ocurre, por ejemplo, cuando HAIM termina su presentación y tú te desplazas a la zona de comida para comprar una hamburguesa y una bebida refrescante. Intercambio: billetes verdes por alimentos y bebidas.
Pero dentro de un festival ocurren más intercambios que son un tanto más sutiles que las tocadas y el gastadero. Coachella es el festival perfecto para ilustrar este ejemplo ya que no hay un evento musical en todo el continente americano con más relevancia.
La historia de Coachella Valley Music and Arts Festival no tiene más de quince años. La idea no parecía tener ni pies ni cabeza. ¿Un festival de música en el desierto de Indio, alejado de toda civilización? Tiene tanto sentido como el sueño de fundar una capital mundial de centros de apuestas en el desierto de Nevada, alejado de toda civilización. ¡Hey! Esa idea rindió frutos para Las Vegas y curiosamente, Coachella ahora se coloca como la mecca de los festivales masivos, un renglón arriba de Lollapalooza, SXSW, ATP y Bonnaroo.
Cuando eres el festival más importante, mucha atención va dirigida a los artistas en tu alineación, los horarios que les toca y hasta su posicionamiento en el flyer. La colocación de una banda en el cartel es una buena indicación de la influencia y la relevancia que gozan en ese periodo.
Por ejemplo…en 2005, Arcade Fire figuraba en el cuarto renglón del segundo día del festival, cuando la banda sólo tenía un disco bajo su nombre. Nueve años después, Arcade Fire se coloca por encima de todo los demás actos al encabezar el tercer día de actividades. ¿Por qué? Porque hay gente dispuesta a pagar su boleto sólo por ver a Arcade Fire en vivo. Los headliners deben de tener ese poder de convocatoria o de lo contrario, el poder de imagen y el prestigio del festival pueden verse reducidos.
Ser el headliner de un festival como Coachella representa una enorme responsabilidad para un artista y un enorme riesgo para los organizadores, especialmente cuando se trata de un acto relativamente nuevo. Olvídate de Grammys y Mercurys, ser headliner es el equivalente a ser campeón del mundo. Todos los ojos están postrados sobre ti en un escenario que intimida pero que a la vez te deja abarcar los oídos de miles y miles de personas en una hora.
Para los artistas que no son headliners, los que puedes encontrar en letras más chiquitas, incluso aquellos con los que necesitas una lupa, Coachella representa una grandiosa oportunidad para ser escuchados por una audiencia mucho más amplia y ecléctica. A pesar de tocar por menos de una hora, todas las bandas están dispuestas a mostrar sus mejores cartas para enganchar a un público que probablemente haya ignorado su existencia anteriormente.
Ahora bien, Coachella será un nombre reconocido por todo el planeta, pero… ¿Por qué nos debería importar a nosotros? Para ir más allá de la pregunta planteada al principio de esta nota ¿Qué interés podría tener un festival de música en el extranjero para un mexicano?
El festival de música puede ser una experiencia muy agotadora para cualquier persona, pero lo increíble es que cada año hay más y más asistentes dispuestos a pasar por esa prueba de resistencia y que además le han echado ganas para darle personalidad, desde los atuendos que llevan hasta la fiesta que arman. Solamente en el DF, festivales como el Vive Latino y el Corona Capital actualmente abarcan más días, más escenarios, y reúnen a más gente, a tal grado que no están lejos de alcanzar los números de los festivales internacionales de renombre. Además el festival es muy importante para México, muchas de las bandas que se presentan en California, aprovechan para bajar a México, por lo cual apenas anunciaron el cartel hicimos un análisis de las bandas que podrían venir y nuestros vaticinios se cumplieron con Lorde y con Sleigh Bells.
Escuchar música en vivo es una experiencia tan estimulante que produce una reacción química en las neuronas que se vuelve adictiva. Al no vernos satisfechos por las ofertas que se ofrecen en el mercado local, miramos hacia el exterior para satisfacer nuestra necesidad por nuevas aventuras. La idea de viajar miles de kilómetros con tal de ver a tu banda favorita representa un reto que muchos aceptamos, teniendo O NO los recursos para hacer el viaje. No son pocos los que simplemente agarran su mochila, el poco dinero que tienen, y de alguna manera se las arreglan para llegar a su destino (por supuesto, siempre te vamos a aconsejar que planees tu viaje con cuidado).
Para muchos mexicanos que son fanáticos de la música en vivo, el viaje a Coachella es un sueño guajiro similar al del niño que algún día quiere ir a Disneylandia. El cínico se preguntará ¿Para qué ir hasta Orlando si aquí en México ya hay un Six Flags y hasta con juegos más padres? Pues sí, en efecto, no necesitas un boleto de avión de mil dólares para ir al Ajusco, pero… Disneylandia es Disneylandia de la misma manera que Coachella es Coachella, un mundo mágico que sólo vive en las notas de Sopitas.com pero que chance y un día puede hacerse realidad delante de nuestros ojos.
Además, ¿en qué otro lugar puedes ver un caracol gigante moverse entre la gente?
Nosotros hicimos un concurso para llevar a una pareja ganadora a vivir Coachella y que una columna como ésta no sea lo único que se los cuente. Los que van ¿Por qué van? Los que no ¿por qué quisieran ir?
*Andorra, Liechtenstein. Monaco, San Marino y la Santa Sede.