Muchos de quienes leen esta nota lo hacen desde la comodidad de sus casas pues ya están gozando de unos merecidos días de asueto. Dichosos ustedes.

Sin embargo, también existen algunos seres no tan afortunados que deben trabajar mientras los demás andan en la gozadera. Si tú eres uno de esos pobres diablos, entonces probablemente este lunes sea “aún más lunes” que los del restos de los del año.

Odiamos los lunes, eso es un hecho. Aunque nunca falten los optimistas que en sus estados de Facebook y Twitter escriban cosas así:

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Aún así, sabemos que una persona normal se siente desgraciada con la llegada de este fatídico día.

Esto no es gratuito. La misma ciencia ha encontrado varias razones por las cuales odiamos los lunes. A continuación enumeramos algunas:

Somnolencia

Así como durante un año el planeta cuenta con estaciones (primavera, verano, otoño e invierno), nuestra mente debe lidiar con los cambios en nuestro biorritmo, sobre todo si hablamos de la falta de sueño. En un fin de semana nos acostamos y levantamos más tarde, dichos cambios confunden nuestro reloj corporal.

Basta con dormir una hora o más de lo habitual para que el lunes nos sintamos más cansados. Al respecto, unos investigadores australianos afirman que si los fines de semana nos acostamos más tarde y dormimos dos horas más de lo habitual, nuestro biorritmo se retrasa 45 minutos. Por eso nos cuesta tanto levantarnos.

¿Pensabas que descansabas más levantándote más tarde los sábados y domingos? Pues ya viste que no.

Somos antisociales y estamos de malas

El hombre es un ser social que necesita sentirse parte de un grupo, a menos claro, que sea lunes. Al mantenernos alejados de las personas con las que convivimos en la semana (ya sea en la escuela o en la chamba) volver a relacionarnos con ellas puede ser difícil.

Sí, tienes mucho que contarle a tus compañeros, desde la borrachera que te pusiste en alguna fiesta hasta la goleada que le metieron a tu equipo favorito, el problema es que nadie está de humor ni para hablar ni para escuchar a nadie a las ocho de la mañana.

De acuerdo a un artículo publicado en Telegraph, los lunes somos incapaces de de sonreír y ser sociales antes las 11:16.

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La mala fama del lunes

En honor a la verdad, los lunes no son tan malos. Aunque parezca lo contrario, los lunes son igual de estresantes y cargados de trabajo que un martes o un jueves. No obstante, emocionalmente nos pega dejar atrás el descanso y pensar que antes de volver a disfrutar de más días de asueto aún tenemos por delante varias jornadas de trabajo.

Nos hemos acostumbrado a odiar los lunes, aunque laboralmente no sean muy distintos a otros días.

Pagas los excesos

Los fines de semana comemos de forma menos saludable, además de que tomamos y fumamos más. Esto tiene un impacto en nuestro físico e incluso ocasiona que nos encontremos menos atractivos si nos vemos en un espejo un lunes por la mañana.

Por eso, muchas personas se llenan de culpa y agarran los lunes para intentar enmendar el camino con dietas y ejercicio. El problema es que los buenos propósitos duran sólo un par de días, pues luego llega el viernes de nuevo y el ciclo vuelve a empezar.

Menos saludables

Continuando con el punto anterior, nuestro estrado físico también es más endeble los lunes. Traemos más peso encima y el cuerpo lleno de substancias tóxicas. No por nada los lunes son los días donde se presentan más infartos y hay mayores posibilidades de caer enfermos.

* * * * *

En fin, así las cosas este lunes de diciembre. Si eres uno de esos mártires que se encuentran trabajando, aferrate a una taza de café bien cargada.

*** Vía CookingIdeas

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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