¿Cuántos no hemos soñado con una chamba en la que podamos hacer lo que se nos pegue la gana? Imagina poder entrar a la hora que quieras, ir a la oficina sólo algunos días e ir vestido de la forma más cómoda. Suena bien ¿no? Pues este esquema de trabajo sí existe.
En el 2003 Cali Ressler y Jody Thompson trabajaban desarrollando nuevos esquemas de gestión y directrices de recursos humanos en Best Buy, cuando se les ocurrió sugerir un cambio significativo en la relación entre la empresa y sus empleados:
¿Qué pasaría si se le otorgaba una autonomía de 100 por ciento a sus trabajadores, a cambio de que ellos cumplan satisfactoriamente con todos sus objetivos pactados?
¿Y si los empleados fueran evaluados por el trabajo realizado y no por la forma en que lo hicieron?
Ressler y Thompson llamaron a este sistema Results-Only Work Environment (ROWE), el cual implica una serie de cambios radicales con respecto a los trabajos convencionales. Los empleados pueden trabajar en el momento que quieran, incluso desde casa. Si se enferman, quieren tomar vacaciones o tomarse el día libre, pueden hacerlo sin pedir permiso. Además, las juntas de trabajo son opcionales, incluso aunque el mismo jefe haya sido el que te invitó. ¿No quieres venir? ¡no vengas!
Esta libertad está condicionada a que los empleados entreguen su chamba de forma satisfactoria. Si se dedican a ventas, aumentarlas; presentar informes sobresalientes; o mejorar la difusión de algún producto o servicio. Cada quien en su ramo, deberá llegar a una meta determinada, y de ser así, no habrá nadie que te reclame por haberte quedado a ver un partido de fut en casa, o por tomarte uno o dos días para ir a la playa.
Para Thompson, con este sistema las luces se centran en aquellos trabajadores que se movían dentro del sistema asistiendo a una oficina, pero que productivamente no lograban mucho. Con ROWE, los empleados se centran más en las expectativas y resultados que requiere una empresa, y dejan de desperdiciar energía en pedir permisos para ir al doctor en horario de oficina, o de perder el tiempo sin hacer nada importante en el escritorio.
Quienes participan en este tipo de esquemas mejoran notablemente su desempeño, en palabras de Thompson:
“Cuando se hacen cargo de su propia vida y se sienten responsables de sí mismos y de su trabajo, se sienten orgullosos y liberados. Los gerentes llegan y nos dicen ‘Mi personal se volvió tan productivo que ni siquiera puedo reconocerlos’. Algo pasa cuando nos sentimos nuevamente como adultos en el trabajo. Tener el control de nuestro desempeño, también nos otorga claridad, y la necesidad de demostrar que podemos lograr las cosas”.
Antes era importante estar físicamente en la oficina para poder responder a cualquier eventualidad, pero ahora, con los teléfonos móviles y los sistemas de mensajería instantánea es mucho más fácil poder coordinarse y colaborar a distancia. Con ROWE, un trabajador tendrá la libertad para despertar, ver el tráfico de la hora pico de la mañana y mejor comenzar a trabajar desde casa, en lugar de perder tiempo en el auto y llegar estresado a la oficina.
Todo el sistema ROWE está contenido por Thompson y Ressler en su libro Why Work Sucks and How to Fix It (¡pa’ que se lo regalen a su jefe!).
Phyllis Moen, profesor de sociología en la Universidad de Minnesota y co director del centro de bienestar de la institución, realizó varios estudios sobre los efectos de ROWE en los empleados de Best Buy a partir de su implementación en 2005. Los resultados fueron sorprendentemente positivos:
- Los trabajadores dormían casi una hora más en días laborales
- Mejoraron su salud
- Tenían más tiempo de hacer ejercicio
- Los negocios se agilizaban
- Mejoró la moral y ánimo de los trabajadores
“Nuestra evidencia indica que el sentido de control sobre cuándo, dónde y cómo se trabaja realmente hace una diferencia en términos de la calidad de vida de los empleados”, comentó Moen.
Con el paso del tiempo, así como ROWE ganó adeptos los ha ido perdiendo. Por ejemplo, cuando Marissa Mayer se convirtió en CEO de Yahoo! hizo que los empleados volvieran de nuevo a las oficinas, pues en su opinión la gente es más colaborativa e intuitiva cuando está junta en un mismo espacio. Incluso BestBuy suspendió el sistema ROWE el año pasado al cambiar de directores generales, aunque de acuerdo a ciertos reportes, a los empleados les está costando la transición del hogar a la oficina.
Al respecto, Phyllis Moen dice que volver a conceptos laborales obsoletos no es positivo:
“Estamos utilizando los conceptos que se desarrollaron en la década de 1950, cuando estábamos atados a una línea telefónica o a un escritorio, y eso simplemente no sucede ahora. La fuerza de trabajo tampoco es la misma. Lo que solía ser un trabajador promedio de tiempo completo fue emparejado con un ama de casa, y ahora ni los hombres ni las mujeres se dedican completamente a las tareas del hogar y necesitan apoyarse mutuamente”.
¿Y ustedes cómo ven un sistema así? Quienes hemos trabajado en casa sabemos que es muy cómodo, nos concentramos más fácilmente y en cierta medida tenemos más tiempo para nosotros, aunque a veces también se extrañe ir a la oficina y coordinar personalmente la chamba.
Lo cierto es que el estar comunicado todo el tiempo también se ha vuelto una desventaja, pues además de soplarnos las horas en la oficina, no es raro que nos hagan encargos estando en el que se supone, es nuestro tiempo libre.
La verdad, a mi no me disgustaría probar el ROWE, ¿y a ustedes?