Álvaro Sánchez Valdez es mando de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF). El día de hoy se encuentra en coma inducido tras haber sido golpeado ayer en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Álvaro Sánchez tiene 39 años y es subinspector de la Unidad de Policía Metropolitana del Grupo Especial Relámpago; ayer participó en el operativo de seguridad que se desplegó con motivo de los bloqueos que integrantes de la CNTE realizaron en la zona del Aeropuerto capitalino.
Este policía junto con otros 30 miembros policiacos llegaron a Boulevard Puerto Aéreo, donde fueron recibidos a golpes por cerca de 20 manifestantes.
Durante la confrontación el policía Miguel Ángel Sánchez fue despojado de su chaleco y su arma de cargo (los cuales aún no han sido recuperados), mientras que Sánchez Valdez fue golpeado en la cabeza (al parecer con una roca o un tubo), lo que le causó un traumatismo craneoencefalico de tercer grado; minutos después comenzó a convulsionar cuando era atendido por rescatistas del ERUM, por lo que fue trasladado al hospital Ángeles Mocel, en donde se le indujo el coma.
El estado de salud del policía fue dado a conocer por Héctor Serrano, titular de la Secretaría de Gobierno, quien en una entrevista radiofónica señaló que Sánchez Valdez estará en observación 72 horas, tiempo necesario para que se desinflame su cerebro y se pueda saber si hay daños secundarios, y la gravedad de estos.
En total el ERUM atendió a 16 policías heridos, algunos de ellos por “golpes significativos”. Además de Álvaro Sánchez, otros tres policías permanecen hospitalizados.
La SSPDF ya presentó una denuncia penal por robo y vandalismo e informó que se detuvo a un agresor por estos hechos.
“Nosotros tenemos conocimiento y puesto a disposición a una persona en una Fiscalía de la Procuraduría por las lesiones a un policía”, informó Rodolfo Ríos Garza, procurador del Distrito Federal, quien no precisó si esta persona es miembro del CNTE.
Lo complicado para la ciudadanía viene en saber analizar lo que está sucediendo, pues ¿qué hubiera pasado si quien ahora estuviera en coma fuera un maestro y no un policía? Seguramente la indignación en redes sociales y su cobertura sería mucho mayor; no olvidemos que muchas veces lo que ciertos grupos de choque buscan es llevar las cosas a un marco violento y de provocación hacia la fuerza pública para generar mártires.
Sabemos que tras el secuestro de un ciudadano colombiano en la colonia Narvarte la imagen de los policías capitalinos no es la mejor, pero también hay elementos que se desempeñan bien, y al parecer este es el caso de Álvaro Sánchez, quien incluso estaba programado para asistir a un curso que daría la Policía Real de España.
Así como condenamos la violencia hacia quienes se manifiestan, también es justo hacerlo cuando ésta viene hacia los agentes de seguridad, que también están haciendo su chamba y que tienen una familia a la cual mantener, gente normal, como tú y como yo.