Ayer se llevó a cabo el sexto juego de la final de la NBA. San Antonio llegaba al American Airlines, casa de Miami, con la ventaja de 3-2 y si ganaba éste, se proclamaba campeón del mejor basquetbol del mundo, pero LeBron James y compañía tuvieron otra idea.

Estaba en el cuarto cuarto, a diez minutos del final y la ventaja era para los Spurs 77-70 y en ese instante, se dio uno de los momento más curiosos de toda la serie. En una jugada defensiva, Mike Miller perdió uno de sus zapatos y en la transición a la ofensiva, le cayó el balón en la zona del triple.

No se lo pensó dos veces y embocó. ¡Chas! la bola entró limpia, pero lo que muchos no se fijaron es que Miller seguía sin un zapato, es decir, continuó jugando descalzo, algo que en el futbol, por ejemplo, no es permitido.

En la NBA si se puede y así ocurrió:

Como dicen por ahí “límpiale, no te vayas a resbalar”…

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