Una larga y confusa noche fue la protagonizada por dos jóvenes pachecones, quienes después de haberse dado sus buenos jalones vivieron una experiencia digna del guión de la próxima película sensación en Estados Unidos.
Logan Brown y Cristopher Ramos, son dos chavos cuya historia comenzó cuando el primero perdió su celular… entonces la genial pareja decidió emprender su búsqueda y para ello se vistieron y armaron como dios manda… además de darse valor con un buen churrito…bueno, lo encontraron muy rápido, pero como ya estaban ataviados para grandes aventuras, pues decidieron ir tras ellas.
Desgraciadamente su obtusa condición no les permitió llegar muy lejos y encantados por la maravilla que es una escuela, decidieron dar una ronda por los pasillos y aulas del centro del saber…
Como es natural, después de un rato les dio el bajón con su respectiva hambre, por lo que aprovecharon que en uno de los mágicos rincones del inmueble encontraron el preciado tesoro: Froot loops…
Maravillados por los colores del cereal, se lo empacaron sin medir las consecuencias… bueno, realmente no fueron muchas: la policía extrajo la imagen de los ladrones del video de vigilancia y a los pocos minutos dieron con los responsables.
Al darse cuente que el crimen siempre termina por pagar, se les preguntó ¿han aprendido algo? “No vale la pena por unos Froot Loops”… A Sam el Tucán no le gusta esto.
