Para recordar su nacimiento o para ver su ahí si podía encontrar el punto “G”, un joven se introdujo a una vagina gigante ubicada en Tübingen, Alemania… lo malo es que el oriental no calculó la estrechez de la representación del órgano femenino y –como el tamaño sí importa- quedó completamente atorado.
Para sacar al estudiante de intercambio del penoso atorón, los bomberos aplicaron cantidades industriales de lubricante… no, la verdad es que simplemente hicieron uso de su herramienta, no sin antes cabulearse al pobre joven cuya imagen ha recorrido cuanta red social se conoce.
En las labores del monumental parto intervinieron cinco vehículos de emergencia y 22 elementos del cuerpo de bomberos. Una vez liberado, el estudiante sólo declaró estar “muy avergonzado” por lo ocurrido. Se especula que la aventura al interior de la no húmeda y sí gigantesca vagina fue para el cumplimiento de una apuesta.
Erick Guzmán, testigo y fotógrafo del evento señaló que para él la situación fue muy divertida, aunque no tanto para el desafortunado oriental, quien durante todo el proceso se mostraba realmente apenado.
La escultura de la súper vagina es trabajo del escultor peruano Fernando de la Jara, la cual se ha exhibido en el Instituto de Microbiología de la Tubingen University en Alemania desde hace 13 años, tiempo en el que pese a desatar el morbo de uno que otro calenturiento, no había presentado un hecho similar -o al menos no había sido debidamente registrado-.
La obra hecha de mármol lleva por nombre “Pi-Chacan”, que es la forma en que en lengua indio-peruano se le dice a “hacer el amor”… algo que de una forma errada quiso llevar a cabo el pobre sujeto.
