Neil McArdle es uno de esos hombres con buenas intenciones, pero al que todo le sale mal; y es que, por querer evitar que su prometida se enojara con él, ahora tendrá que pasar un año en prisión.
La historia ocurrió así: Neil McArdie, que vive en Liverpool y tiene 36 años, estaba a punto de casarse con su novia Amy Williams. La boda estaba pactada para el 25 de abril de este año, sin embargo, a pesar de haber tenido varios meses para realizar los preparativos del bodorrio, el novio olvidó finalizar el papeleo necesario en el juzgado para que la ceremonia de matrimonio pudiera realizarse el día esperado, y por lo tanto, no pudo reservar el salón de fiestas.
Fue hasta el día anterior al enlace matrimonial que Neil se dio cuenta que la boda no podría llevarse a cabo debido a su mala memoria. Por temor a que su futura esposa montara en cólera y se le armara la de Dios Padre, hizo lo que cualquier hombre sensato haría en la misma situación: guardar silencio.
Al otro día, este hombre tuvo una idea que entonces le pareció brillante, con la cual podría evitar la boda y no romperle la ilusión su novia: llamar al Salón de Fiestas San Jorge y decir que había una bomba.
“Esto no es una llamada falsa. Hay una bomba en el salón de San Jorge y se activará en 45 minutos”, dijeron en la llamada.
Como once días antes tuvo lugar el atentado en la meta del Maratón de Boston en Estados Unidos, esa llamada hizo que se activaran los focos rojos en la seguridad en aquella zona de Liverpool.
Cuando el novio y la novia llegaron al lugar, el edificio estaba evacuado y cercado por los servicios de emergencia. Neil pensaba que su jugarreta le había salido bien y que ya se había librado del problema, pero el gusto le duró poco y no faltó a quien le pareciera sospechoso que la pareja llegara cuando no había ninguna reservación, por lo que tras unas horas de atar cabos la verdad salió a la luz.
Al ser detenido, admitió que él había estado detrás de la llamada y que sentía vergüenza por lo ocurrido y se declaró culpable.
“Tenía la esperanza de que las bodas se aplazaran y me diera tiempo para reservar la boda en el futuro”, mencionó.
Por esos incidentes, un juez en Liverpool acaba de condenar al novio a 12 meses de prisión, en donde tendrá tiempo de sobra para coordinar la boda desde el interior de la cárcel. Amy no se separó de su olvidadizo novio, e hizo bien ¿qué otro hombre se metería en tremendo lío sólo para evitar que ella se enfade?
Torpe y olvidadizo, sí, pero todo lo hizo por amor.