Lo que necesitas saber:
Entre clásicos y canciones de su último disco, el 'Invincible Shield' del 2024, de volada se fueron casi dos horas seguidas de show. Ya eran casi las 00:30 cuando los intérpretes de "Living after midnight" acabaron su set... y con el público. Conciertazo.
Quizás la última visita de Judas Priest a México y fue impresionante. Como se esperaba. Casi dos horas que cruzaron los límites de un día y otro y los límites que muchos pensaban que ya había para la voz de Rob Halford. Pero nada de eso: sonó espectacular.
Opeth, tremendo acto abridor
Casi las 21:00 horas y en el recorrido de Refinería a la Arena CDMX se podían ver varios grupitos de personas sin ninguna intención de entrar todavía al recinto. ¿Raro? Sí y no. No, porque se veía bastante divertida la ingesta de cerveza afuera de las tienditas. Y sí porque… ¿pues a qué hora empezaba el show?
Bueno, quizás no tenían intención de ver a la banda abridora, Opeth…. Porque, “¿Judas sale a las 21:00, no?”, creían algunos que no se acordaron que el orgullo de Birmingham canta “Living after Midnight”. Y no. La banda de Suecia –que bien pudo haber llenado un lugar más pequeño ella sola– engañó a varios que sólo pensaban ver a Halfod y compañía. Para bien: bandota.
“Breaking the Law” de las primeras, para los impacientes que tenían que correr al Metro
Luego de que Opeth concluyó su show alrededor de las 22:00 horas, no se veía la hora para que Judas Priest saliera a escena. El ansioso público se entretenía con AC/DC y Metallica que se oían en el sonido local, mientras el staff de Judas se apuraba para tener todo listo para la locura que se esperaba.
Por ahí de 15 minutos antes de las 23:00 horas, la espera terminó cuando “War pigs” de Black Sabbath sonó a todo volumen. Las luces se apagaron y Judas Priest se arrancó con “Panic Attack”, seguida de “You got another thing comin'”, “Rapid Fire” y, probablemente la que muchos esperaban, “Breaking the Law”.
Suerte para muchos que ese clasicazo sonó pronto…. Porque, así como terminó, afligidos fans comenzaron a buscar la salida. Unos para el baño… otros para, ya, irse a casita. Quizás por no calcularle al asunto: apenas empezaba a calentarse el show y ya eran casi las 23:20. El Metro se iba…
Ni modo, la noche era larga y Rob Halford traía voz para rato. Vocerrón, mejor dicho. Algo que algunos dudaban que podía ser, por los vídeos en los que se le ve que, de vez en cuando durante los shows de esta gira, ya necesita darse sus buenos jalones de oxígeno.
Parafernalia que sólo le va bien a leyendas del metal
Locura total con Painkiller, la cual parecía que era de las primeras por la intensidad con la que fue ejecutada por Haldford y, especialmente, por Scott Travis en la batería y el ya legendario Ian Hills en la guitarra. Pero no, ésa fue la que sonó previo a un encore que ya anunciaba el final.
Luego de un innecesario descanso (para el público), sonaron las notas de “The Hellion / Electric Eye), las cuales levantaron un poderoso tridente iluminado de rojo que se posó sobre el escenario.
… y luego, Haldford enfundado en cuero negro entrando en motocicleta para echarse “Hell Bent for Leather”… pues cuál más. Espectacular parafernalia que, si bandas nuevas se atrevieran a usar, parecería parodia. Cosas así sólo le van a leyendas como Judas Priest.
Entre clásicos y canciones de su último disco, el Invincible Shield del 2024, de volada se fueron casi dos horas seguidas de show. Ya eran casi las 00:30 y varios de los que seguro estaban cheleando horas antes a las afueras estaban en calidad de bultos a las orillas de la pista. No aptos para corear la muy ad hoc “Living After Midnight”…
Y, luego de eso, ahora sí, bien servidos y a casita. No sin antes gritar a pulmón “We are the Champions” de Queen. Porque sí, domingo sin puente y rockeando después de la medianoche…. sólo para campeones (o verdaderos fans).