El Chapo Guzmán tenía a «su gente», la cual le servía para surtirse cual niño en dulcería de armamento, no sólo esto, también los otros cárteles tenían sus propios grupos de gente que les servían para conseguir armamento en los Estados Unidos, así lo dicen reportes del gobierno de ese país.
Los reportes señalan que integrantes del cártel de Sinaloa habían solicitado a contrabandistas de armas, en 2009, un misil antiaéreo, además de armas antitanque, lanzagranadas, granadas y ametralladoras (¡ay nanita! Pues parece que alguien se tomó lo de «Guerra contra el Narco» muuuuy en serio… lástima que fueron los narcos).
Según el Universal, los compradores de armas al servicio de los cárteles de las drogas adquirieron lotes de hasta 400 piezas de alto calibre y las enviaron a México antes de ser descubiertos.
En esto no estaba sólo el cártel de Sinaloa, sino que también se vieron beneficiados Los Zetas y La Familia Michoacana, grupos que formaron redes dedicadas a la adquisición de rifles de asalto A-47, AR-15, armas capaces de penetrar blindaje, así como equipos tácticos militares, tales como lentes de visión nocturna, además de granadas y municiones.
Agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos se hicieron pasar por integrantes de cárteles, de esta manera pudieron detectar a los compradores e impidieron que pasara a México un misil antiaéreo y diferentes armas antitanques, los cuales iban dirigidos a Joaquín, El Chapo, Guzmán.
Además se identificó a un exmilitar estadounidense que quería vender pertrechos militares y grupos de hasta 30 personas que se dedicaban a comprar arsenal en pequeñas cantidades para impedir su detección.
Los infiltrados permitieron capturar también a los grupos «surtidores» de los otros cárteles.
